
El Museo de Bellas Artes de Alicante (MUBAG) expone desde hoy el retrato de Rafael Altamira y Crevea, obra de Joaquín Sorolla, depositada por el Museo Nacional del Prado. Se trata del primer cuadro del pintor valenciano que se integra en el discurso expositivo del museo alicantino y con el que se rinde homenaje al humanista alicantino en el 74 aniversario de su fallecimiento.
La pintura podrá visitarse durante un año dentro de la exposición permanente El siglo XIX. La colección a la luz, abierta desde marzo de 2022. Este préstamo temporal se suma a las colaboraciones entre el MUBAG y el Museo del Prado dentro del programa El Prado Extendido, con un total de 29 obras cedidas hasta la fecha, 27 de ellas incluidas en la muestra estable.
El retrato, realizado en 1886, muestra a un joven Rafael Altamira recién licenciado en Derecho. Sorolla lo pintó poco después de conocerlo en Valencia, como obsequio personal que marcó el inicio de una amistad duradera. La obra refleja el estilo temprano del pintor, con predominio de tonos oscuros y un tratamiento centrado en el rostro del retratado sobre un fondo neutro, dejando el busto apenas esbozado.
Durante la jornada, también se ha formalizado el regreso de la pintura Huérfanos, del artista alcoyano Fernando Cabrera, tras su paso por el taller de restauración del Museo del Prado. La intervención ha permitido recuperar parte del color original y detalles que anteriormente resultaban ilegibles, contribuyendo a la conservación de una pieza destacada del fondo del museo.
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