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Un 05 de junio, nacía Lorca…

5 de junio de 2025 por Jon López Dávila Deja un comentario

Un 5 de junio de 1898 nacía en Fuente Vaqueros, Granada, uno de los grandes genios de la literatura universal: Federico García Lorca. Poeta, dramaturgo, prosista y, sobre todo, símbolo de una sensibilidad radicalmente humana.

Lorca es mucho más que un nombre inmortalizado en el mármol de la historia literaria. Su voz resuena aún en cada verso que invoca a la luna, en cada lamento de guitarra, en Camarón y todo el que osó poner música a sus letras, en cada grito ahogado de libertad y reivindicación. Su cuerpo yace en alguna cuneta, pero a él le encontraréis vivo —sí, vivo— en todas las bibliotecas del mundo.

El mito eterno, de la vida truncada.

Hijo de una familia acomodada, desde muy temprano mostró una inclinación prodigiosa hacia la música, la palabra y el arte. En la Residencia de Estudiantes de Madrid cultivó amistades tan fundamentales como la de Salvador Dalí y Luis Buñuel (pagaría por haber estado en el Café Gijón alguna de esas noches…).

Su obra literaria, sin embargo, no tardó en destacar con luz propia, y en ella se entretejen el folclore andaluz, el surrealismo, la denuncia social, y un lirismo que sigue siendo inimitable. Fue también un hombre valiente en tiempos crueles. Su homosexualidad, que jamás ocultó del todo pese a los riesgos, es hoy parte inseparable de su legado. En su poesía hay un amor que se niega a ser reprimido, una ternura que desafía los moldes patriarcales, y una tragedia íntima que se universaliza:

«El amor duerme en el pecho del poeta
y a veces baja al papel como un rocío de sangre.»

— Poeta en Nueva York

Su asesinato en agosto de 1936, a manos de las fuerzas franquistas, lo convirtió en mártir de la libertad creativa y sexual. Su cuerpo sigue desaparecido, enterrado en alguna cuneta andaluza, pero su voz —esa sí— no pudo ser enterrada.

La voz que no muere.

Lorca escribió como se escribe ahora, como si no fuera a tener todo el tiempo que quería o el mundo estuviera a punto de terminar. Siempre con urgencias y belleza, con rabia y dulzura. Su obra poética es tan vasta como intensa, y su atemporalidad nace del profundo conocimiento de lo humano.

En Romancero gitano elevó a los márgenes a categoría épica, con versos que suenan como baladas eternas. En Poeta en Nueva York exploró la deshumanización urbana y el racismo con una fuerza visionaria. Y en Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, probablemente uno de los elegías más desgarradoras en lengua castellana, alcanzó una cumbre de emoción poética:

«A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.»

Son muchos los fragmentos que podrían citarse, porque en todos habita el temblor de lo vivo, el pulso de lo eterno. Lorca supo que la belleza no se explica: se canta, se sufre, se baila. Y por eso su poesía sigue respirando más allá del tiempo.

Un faro para nuevas generaciones

Federico García Lorca no es sólo un autor del pasado. Es una fuerza del presente. Su obra habla a los exiliados, a los silenciados, a quienes aún buscan palabras para nombrar el deseo y el dolor. Es una guía ética y estética. Es resistencia en estos tiempos de blanqueamiento del puto fascismo.

Hoy, en este 5 de junio, celebramos su nacimiento no con nostalgia, sino con gratitud. Porque Lorca no ha muerto. Porque mientras alguien recite sus versos en voz alta, mientras una joven poeta descubra en sus palabras un reflejo de sí misma, seguirá viviendo.

«Verte desnuda es recordar la tierra.»
— Oda a Walt Whitman

Federico sigue entre nosotros. No en una tumba, sino en cada página abierta, en cada verso iluminado. No hay cuneta que lo contenga. Su poesía, como el río que amó, fluye para siempre.

Publicado en: El bestiario del lector, España, LITERATURA, noticias breves, repetibles, REVISTA, WORLD




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