
La playa de La Solsida en Altea y el paraje natural de Les Fonts de l’Algar en Callosa d’En Sarrià han sido cerrados al baño tras detectarse niveles de contaminación en el agua que superan los límites permitidos. Aunque las lluvias recientes han sido señaladas como causa directa del episodio, esta situación no puede desligarse del creciente impacto que el turismo masivo y la saturación de las playas generan en el litoral de la comarca.
Las autoridades municipales informaron sobre el cierre inmediato tras recibir los resultados de los análisis de calidad del agua, que mostraron valores adversos para la salud pública. Si bien desde los ayuntamientos se subraya la importancia de la seguridad de los visitantes, esta medida vuelve a poner sobre la mesa un problema recurrente: la fragilidad de estos espacios naturales ante la presión constante del turismo.
La concejala de Playas de Altea, Aurora Serrat, señaló que las analíticas semanales habían sido hasta ahora óptimas, pero que la contaminación residual detectada apunta a un desequilibrio ambiental que puede agravarse con la temporada alta y la afluencia masiva de bañistas. El arrastre de residuos provocado por las lluvias es solo un síntoma más de un ecosistema saturado, donde la infraestructura y los sistemas de saneamiento no siempre son capaces de absorber la carga humana y sus consecuencias.
En Callosa d’En Sarrià, el alcalde Andrés Molina reconoció que las precipitaciones recientes contribuyeron al problema, pero no puede obviarse que la constante explotación turística de la zona incrementa la vulnerabilidad del paraje natural, complicando la gestión y preservación de estos espacios.

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