
En plena temporada de alto riesgo por incendios forestales y coincidiendo con una ola de calor especialmente intensa, se ha producido una reducción del 60% de las ayudas destinadas a la prevención y control de incendios en la provincia de Alicante. Esta medida puede afectar directamente a los trabajos de mantenimiento y prevención que realizan los municipios en entornos forestales y rurales.
Las ayudas suprimidas o reducidas permitían a muchos ayuntamientos llevar a cabo tareas como la limpieza de márgenes de carreteras y caminos, la retirada de vegetación seca, y la apertura o mejora de cortafuegos, todas ellas actuaciones clave para reducir la posibilidad de propagación del fuego en caso de incendio.
La inversión en prevención se considera fundamental para evitar situaciones de emergencia, minimizar daños al medio ambiente y proteger a la población. En un contexto de altas temperaturas, sequedad del terreno y aumento de episodios extremos por el cambio climático, la reducción de recursos destinados a estas tareas supone un incremento del riesgo.
La eliminación o disminución de estas ayudas limita la capacidad de respuesta de los municipios, especialmente de aquellos con menos recursos, y dificulta la aplicación de medidas preventivas en un momento en el que la probabilidad de incendios es especialmente elevada.
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