
Los ayuntamientos de la provincia han engordado sus arcas en 29 millones de euros extra durante el primer semestre del año gracias al nuevo recibo de la tasa de basuras. En total, las corporaciones locales que tienen delegada la recaudación en el organismo provincial Suma han ingresado 96 millones, frente a los 67 del mismo periodo del año pasado, lo que supone un incremento del 30%.
El aumento responde a la aplicación de la Ley 7/2022, que obliga a financiar la recogida y el tratamiento de residuos exclusivamente con el cobro del recibo, sin aportaciones presupuestarias de los consistorios. Es decir, el coste se traslada directamente a los vecinos, que en un 91% han cumplido con el pago. Muchos de ellos, sin embargo, han tenido que recurrir a fórmulas de alivio, como el fraccionamiento, para poder afrontar el cargo.
Mientras tanto, los grandes ausentes de este esfuerzo recaudatorio siguen siendo los turistas y los pisos turísticos, que apenas se ven afectados por la subida: no existe una tasa específica para ellos, a pesar de que generan una parte significativa de residuos en temporada alta. La paradoja es que, pese a que los residentes pagan más que nunca, la percepción general en la ciudad es que las calles están tan sucias como siempre, o incluso más.
Por comarcas, la Marina Baixa lidera la recaudación con 21,7 millones, seguida por Calp y su entorno (13,4 millones) y la oficina de Torrevieja (12,5 millones), donde el incremento ha sido especialmente notable. En Orihuela se ha pasado de 4 a 12 millones, en parte por el aumento del número de recibos, y en el Baix Vinalopó, que incluye Elche, de 1,6 a 8,4 millones.
Otros territorios como la Marina Alta (13,2 millones), el Vinalopó interior (8,8 millones) o l’Alcoià-El Comtat (1,7 millones) también han registrado subidas importantes, en algunos casos duplicando la recaudación del año anterior.
En conclusión, los ayuntamientos de Alicante han conseguido un 30% más de ingresos a costa de los bolsillos de sus vecinos, mientras los visitantes temporales siguen sin contribuir. Y la gran ironía: pese a la subida, la limpieza de las calles no refleja ninguna mejora visible.
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