
La séptima edición de El RODEO FILM FEST cerró sus puertas con un rotundo éxito de público y un firme paso hacia la consolidación como una cita de referencia para el cortometraje en España. La calidad de las obras seleccionadas, la variedad de temáticas y el ambiente de reivindicación cultural marcaron una velada que reafirmó el valor del corto como una forma legítima, rica y vibrante de hacer cine.
El Premio del Jurado al Mejor Cortometraje recayó en Pálpito, dirigido por Moises Romera y Marisa Crespo, un trabajo que cautivó a los espectadores por su pulso narrativo y su capacidad de emocionar en pocos minutos.
El Premio al Mejor Cortometraje Alicantino fue para Periquitos de Álex Rey, ejemplo del talento emergente de la provincia y muestra del apoyo que el festival brinda a los cineastas locales en su difícil pero apasionante camino creativo.
La conciencia medioambiental también tuvo su espacio con Zona Wao, de Nagore Eceiza, que recibió el Premio al Mejor Cortometraje sobre Medio Ambiente por su mirada crítica y poética hacia la relación entre el ser humano y la naturaleza.
En el ámbito de la diversidad y la igualdad, el Premio al Mejor Cortometraje LGTBI e Igualdad fue para Violetas, de Borja Escribano, que destacó por su sensibilidad y compromiso con la visibilización de realidades aún poco representadas en la gran pantalla.
Más allá de los galardones, el festival volvió a insistir en su mensaje central: los cortos no son un formato menor, sino otra forma de ver cine, un espacio que combina cultura, educación, ocio y entretenimiento. Con una notable afluencia de público y un alto nivel de participación, la organización subrayó su compromiso de seguir apoyando al talento alicantino y de consolidar este certamen como un escaparate imprescindible del panorama audiovisual.
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