
La digitalización acelerada de las aulas españolas ha multiplicado de forma drástica la huella ambiental del sistema educativo. Así lo revela un informe de Ecologistas en Acción, que analiza el impacto de sustituir libros de texto y material impreso por dispositivos electrónicos como ordenadores portátiles y tabletas.
Los datos señalan que el uso de equipos digitales multiplica por 80 las emisiones de dióxido de carbono con respecto al material impreso y eleva hasta 160 veces su impacto si se considera el gasto energético asociado al mantenimiento de la conectividad y de los centros de datos. En términos hídricos, la fabricación de portátiles multiplica por 11 el consumo de agua frente a la producción de libros.
El informe recuerda que entre 2021 y 2024 se distribuyeron 800.000 dispositivos en los centros escolares españoles dentro del programa Educa en Digital, lo que se tradujo en 560.000 toneladas de CO₂ vertidas a la atmósfera. La cifra se incrementaría considerablemente si se añadiera la cuota de emisiones atribuida al funcionamiento de la red digital.
Más allá de las emisiones, la digitalización también agrava el problema de los residuos electrónicos. A diferencia de los libros, prácticamente reciclables, los dispositivos digitales contienen hasta 70 minerales diferentes, incluidas tierras raras cuya extracción implica un elevado coste ambiental y social. La fabricación de un solo equipo requiere hasta 800 kilos de materias primas y, al final de su vida útil, su reciclaje resulta casi imposible.
Las consecuencias de esta transición también se reflejan en el volumen creciente de basura tecnológica. Ecologistas en Acción advierte que las tabletas y ordenadores utilizados en los colegios acabarán engrosando los nueve millones de toneladas de residuos electrónicos previstos para 2030, gran parte de los cuales terminarán en vertederos del Sur Global.
El análisis cuestiona la eficacia pedagógica de esta apuesta tecnológica, que, además de no mejorar los resultados académicos, conlleva un impacto ambiental desproporcionado. El informe sostiene que muchos de los esfuerzos realizados por los centros educativos para reducir su huella ecológica —como el reciclaje o la reducción del consumo de agua— quedan anulados frente al efecto de la digitalización masiva.
En este contexto, la organización reclama una reformulación del concepto de competencia digital en el sistema educativo. Plantea que la preparación del alumnado para la sociedad tecnológica no pase necesariamente por el uso intensivo de dispositivos en edades tempranas, sino por el fortalecimiento de capacidades básicas que permitan desenvolverse en un entorno digital sin necesidad de incrementar la huella ecológica de las escuelas.
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