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Alicante, capital mundial de la Navidad (anticipada)

10 de noviembre de 2025 por Jon López Dávila Deja un comentario

No había terminado de caer la última hoja de otoño —ni siquiera la primera, si nos ponemos exigentes con este sol imperante— y ya tenemos a Alicante convertida en una postal navideña. Las luces cuelgan de las farolas como si estuviéramos en Nochebuena, los regalos luminosos colonizan las plazas, y esta semana ya han empezado a montar los belenes del Ayuntamiento y de la Montañeta. A este paso, el año que viene igual los instalan en agosto, para aprovechar el calorcito y que se sequen mejor las figuras del portal.

Dicen que los trabajos de los belenistas empezaron hace siete meses. Siete. Lo que dura una gestación. En este caso, la del Niño Jesús… y la de la estrategia municipal para convencernos de que, con tanta luz, se disipan los problemas. Porque sí: hay dinero para bombillas, estructuras metálicas y estrellas fugaces gigantes. Al parecer, los tasazos del agua y la basura no solo limpian los bolsillos de los ciudadanos, sino que iluminan la ciudad. Es la magia de la Navidad municipal.

Y mientras tanto, qué curioso, lo que sigue en penumbra es lo de siempre: las calles que necesitan limpieza, los barrios que reclaman atención, los proyectos culturales que duermen el sueño de los justos y esa agenda cultural que se improvisa siempre a última hora. Si el Ayuntamiento tuviera la misma previsión para programar cultura o mantener limpia la ciudad que para instalar el belén, Alicante sería Helsinki. Pero claro, aquí cada uno va a lo suyo, y hay que dar espectáculo, aunque sea con luces recicladas de años anteriores y villancicos adelantados.

Debe de ser cosa de Vox, esta fiebre por imponer el espíritu navideño antes incluso del Black Friday, del Puente y de cualquier intento de mantener la cordura estacional. Porque ahora, parece, ser buen alicantino es emocionarse con el portal mientras pagas la factura del agua. Y el belén, eso sí, monumental. No vaya a ser que el Niño Jesús note la austeridad.

Así que, felices fiestas, o lo que toque. Porque en Alicante ya es Navidad, aunque el calendario, la economía doméstica y el sentido común digan lo contrario. Que la luz nos acompañe… aunque sea para no tropezar con la realidad.

Publicado en: ALICANTE CIUDAD, Crítica Social, noticias breves, noticias TOP, REVISTA




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