
Las condiciones meteorológicas de este invierno, marcadas por las lluvias y el frío, favorecerán una buena campaña de cereza en Alicante, tras varios años difíciles para los productores de la zona. Aunque la recolección se retrasará aproximadamente una semana, las cerezas comenzarán a llegar a los mercados a principios de mayo y la campaña se extenderá hasta julio e incluso agosto, gracias a las variedades más tardías.
La floración y la polinización de los cerezos han sido satisfactorias, lo que permite prever una buena producción tras seis temporadas especialmente complicadas. Aunque la población de abejas no ha sido muy abundante, ha sido suficiente para garantizar una polinización efectiva, necesaria para asegurar una cosecha aceptable.
Este cultivo destaca por su proximidad al consumidor, ya que las cerezas pueden llegar al mercado el día siguiente a su recolección. Además, al tratarse de un producto de secano, las cerezas de esta zona tienen una alta concentración de azúcares, lo que las diferencia de otras producciones. Además del mercado nacional, estas cerezas también se exportan a países como Francia, Italia, Inglaterra y otras zonas de Europa central.
Pese a las buenas previsiones de esta temporada, los agricultores siguen enfrentando las consecuencias del cambio climático. Las lluvias torrenciales alternadas con largos periodos de sequía han afectado notablemente a los cultivos, haciendo más difícil su mantenimiento. Por ello, se solicita a las administraciones medidas como la creación de balsas de regulación o riegos de apoyo para garantizar una mayor estabilidad.
En los últimos años, muchos agricultores han abandonado sus cultivos debido a la baja rentabilidad, a lo que se suma la falta de relevo generacional. Ante este contexto, se hace un llamamiento a la ciudadanía para que apueste por el consumo de cereza de proximidad, especialmente en una campaña con tan buenas expectativas.
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