
Más allá de la polémica generada por la participación de Manolo Copé, la sesión plenaria de este jueves en el Ayuntamiento de Alicante ha estado marcada por un asunto que ha despertado una profunda preocupación entre quienes defendemos la lengua y la cultura propias de nuestro territorio: la inclusión de una iniciativa de Vox que pretende que Alicante deje de ser considerada zona de predominio lingüístico valenciano.
Esta propuesta, respaldada por el PP en el marco de su acuerdo con la ultraderecha para aprobar el plan de ajuste, ha provocado la movilización ciudadana. Más de doscientas personas se han concentrado en la plaza del Ayuntamiento al grito de «Alacant, pel valencià», dejando claro que Alicante es y seguirá siendo parte inseparable de la comunidad lingüística y cultural valenciana.
A pesar de que las sesiones plenarias son públicas y abiertas a la ciudadanía, la Policía Local recibió instrucciones para impedir el acceso al edificio a quienes apoyaban esta concentración pacífica en defensa del valenciano. Incluso los medios de comunicación se vieron privados de acceso durante la hora en la que se suspendió el pleno. Entre quienes se quedaron fuera, destacan figuras comprometidas con la defensa de nuestra lengua como Joan Baldoví (síndic de Compromís en Les Corts), Natxo Bellido (secretario comarcal de Més y exconcejal de Alicante) y Xavier López (co-coordinador de Sumar en la Comunitat Valenciana y exedil de Unides Podem). Únicamente pudo acceder el diputado autonómico valencianista Gerard Fullana.
Durante el debate, diferentes colectivos de la sociedad civil han intervenido en defensa de nuestra lengua. Marisola Pinilla Macías, de Escola Valenciana, ha recordado la riqueza toponímica en valenciano que forma parte del día a día de la ciudad (Tossal, Rabassa, Postiguet…), demostrando el arraigo histórico y cultural del valenciano en Alicante. En la misma línea, Manuela García ha subrayado que incluso el himno de la ciudad está compuesto en valenciano, símbolo claro de nuestra identidad. Por su parte, Ana Esteve, profesora de la Universidad de Alicante y representante de la FAMPA Enric Valor, ha denunciado las consecuencias de la represión lingüística sufrida durante décadas en Alicante, que ha dificultado que la población, especialmente la inmigrante, pueda integrarse plenamente en valenciano.
Desde la izquierda, la concejala Sara Llobell ha recordado la consulta lingüística promovida por la Conselleria de Educación bajo el mandato del PP, que ahora el propio PP, en complicidad con Vox, pretende ignorar. Ha sido clara: «Frente a la represión que impulsa la derecha, seguiremos hablando valenciano, con orgullo y sin bajar la cabeza». El socialista Miguel Castelló ha insistido en que Alicante ha sido históricamente una ciudad valencianoparlante y que intentar negarlo es ir en contra de las raíces más profundas de la ciudad: «Som fills del poble», ha proclamado.
Desde el PP, la edil de Educación, Mari Carmen de España, ha tratado de suavizar el impacto de la propuesta afirmando que «el valenciano es una lengua querida por todos», aunque ha caído en el discurso de la «imposición», utilizado como argumento para deslegitimar los avances en la normalización lingüística.
Cabe recordar que no es la primera vez que Vox intenta eliminar a Alicante de las zonas de predominio lingüístico valenciano: lo ha hecho ya en cinco ocasiones (2020, dos en 2022, y otra, retirada, en 2023). Hasta ahora, los intentos se habían frenado, gracias a la oposición de otras fuerzas políticas. Sin embargo, con el apoyo actual del PP, la propuesta ha salido adelante. Ante esta grave amenaza a la lengua y la cultura valencianas, el PSOE ya ha anunciado que recurrirá la decisión ante los tribunales, pues eliminar a Alicante de las áreas de predominio valenciano supone, además de un ataque a nuestra identidad, un acto jurídicamente recurrible.
Alicante forma parte de la Comunitat Valenciana, de su cultura, de su lengua. Defender el valenciano no es solo una cuestión política, es un acto de dignidad y de respeto a lo que somos.
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