
Durante décadas, nos han repetido el mismo mantra: “El turismo es una bendición”, “vivimos de él”, “es la gallina de los huevos de oro”. Pero la realidad que vivimos en Alicante dista mucho de esa promesa dorada. Mientras las cifras de visitantes baten récords año tras año, quienes vivimos aquí nos vemos empujadas a los márgenes de una ciudad que ya no es nuestra.
Las consecuencias están a la vista de cualquiera que no lleve anteojeras de negocio y propaganda:
- Familias desahuciadas por el auge de los alquileres turísticos.
- Librerías de barrio cerrando, asfixiadas por el cambio del tejido urbano.
- Comercios locales desplazados por cadenas impersonales.
- Calles sucias, servicios colapsados y una calidad de vida en picado.
Todo esto ocurre mientras el Ayuntamiento permanece en una pasividad que resulta insultante. Se aplauden los datos de turistas como si fueran medallas, pero se ignora el deterioro real de los barrios, el éxodo vecinal y la creciente desigualdad.
¿De qué sirve el turismo si quienes vivimos aquí no podemos disfrutar de nuestra ciudad?
Alicante se está convirtiendo en un parque temático sin alma, gestionado para unos pocos bolsillos mientras se vacía de cultura, comunidad y futuro. Y no, no vamos a seguir callando.
Por eso, este 25 de julio a las 20:00h, la ciudadanía se moviliza. La protesta, organizada por @alicantedondevas, partirá desde la emblemática librería 80 Mundos hasta la playa del Postiguet. Una marcha que no es solo simbólica, sino profundamente urgente: o recuperamos Alicante, o la perderemos para siempre.
Porque no vivimos del turismo. Vivimos a pesar de él.
Y ya es hora de que el Ayuntamiento lo entienda.
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