
El conflicto laboral en la contrata de limpieza de Alicante sigue enquistado mientras el Ayuntamiento mira hacia otro lado. Los trabajadores de la UTE Netial, encargada del servicio, han advertido que no descartan ir a la huelga tras 15 meses de negociaciones infructuosas para renovar su convenio colectivo. La situación ha llegado a un punto muerto, con una propuesta empresarial de incremento salarial que los empleados califican de «insuficiente» e «insostenible».
Una propuesta que no cubre la pérdida de poder adquisitivo
El pasado viernes, más de 250 trabajadores asistieron a una asamblea general donde se expuso la oferta de la UTE Netial, formada por FCC y PreZero. El planteamiento empresarial contempla una subida salarial del 1% en 2024, un 1,5% en 2025, y en 2026 y 2027 el incremento del IPC de funcionarios con una reducción de 0,5 puntos porcentuales. Para los trabajadores, esta propuesta supone una pérdida de poder adquisitivo que se prolonga desde hace años, sin que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto.
Los trabajadores reivindican su derecho a defender la empresa, dejando claro que no tienen intención de dañar a la empresa. Sin embargo, el Ayuntamiento de Alicante, responsable último del servicio, sigue sin intervenir para garantizar unas condiciones laborales dignas en una de las contratas más costosas para las arcas municipales.
Un referéndum que puede desembocar en huelga
Los trabajadores someterán la propuesta empresarial a referéndum el lunes y martes próximos. Si la rechazan, se abrirá un conflicto colectivo y se barajarán diversas medidas, incluida la convocatoria de una huelga. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Alicante sigue sin pronunciarse sobre el problema, dejando a la plantilla en una situación de incertidumbre y precariedad.
El Ayuntamiento, cómplice del deterioro del servicio
Lejos de fiscalizar el contrato y exigir mejoras para los empleados y los ciudadanos, el Ayuntamiento parece optar por la pasividad. Mientras tanto, Alicante se enfrenta al riesgo de una huelga de limpieza que podría agravar aún más los problemas de salubridad y mantenimiento en la ciudad.
Los trabajadores tienen claro que su lucha es justa. La pregunta es: ¿qué espera el Ayuntamiento para intervenir?
















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