
- Artista: Albert Gironès
- Comisariado: Leticia Cano
- Inauguración: 16 de octubre, 19:30 h
- Lugar: Centro Cultural Las Cigarreras, Alicante
- Fechas: Hasta el 11 de diciembre de 2025
- Organizan: Negre y el Centre Cultural Las Cigarreras d’Alacant
- Producen: Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana y Concejalía de Cultura de Alicante
- Instagram: @negre_
Centro Cultural Las Cigarreras, Alicante | Del 16 de octubre al 11 de diciembre de 2025
Comisariado: Leticia Cano | Organizan: Negre y el Centre Cultural Las Cigarreras d’Alacant
Cuando el 13 de octubre de 1917 miles de personas reunidas en Fátima aseguraron ver el Sol danzando en el cielo, la historia del arte y la fe encontró un nuevo punto de fricción. Más de un siglo después, el artista Albert Gironès retoma aquel acontecimiento —y sus ecos en otros enclaves europeos— para interrogar la naturaleza misma de la visión, la creencia y la imagen. Su proyecto, El miracle del sol. Fehrbach, Medjugorje, Fátima, se presenta en el Centro Cultural Las Cigarreras de Alicante, una videoinstalación en tres canales que convierte la experiencia mística en una reflexión crítica sobre los límites de la percepción.
Lejos de la mera recreación del milagro, Gironès emprende una peregrinación contemporánea hacia tres lugares donde lo sobrenatural se ha materializado en la mirada colectiva: Fehrbach (Alemania), Medjugorje (Bosnia-Herzegovina) y Fátima (Portugal). Tres geografías unidas por el brillo de lo inexplicable, y también por las cicatrices de un siglo atravesado por conflictos ideológicos, guerras y reconstrucciones de la fe.
El artista emplea soportes analógicos —Súper 8 y 16 mm— intervenidos manualmente, donde la materia fílmica se convierte en una superficie casi táctil del recuerdo. El grano, la luz velada, las quemaduras del celuloide y las sobreimpresiones funcionan como metáforas visuales de una verdad fragmentada. La imagen no documenta el milagro: lo evoca, lo sugiere, lo tensiona.
En diálogo con vídeos amateurs encontrados en internet y testimonios orales, la instalación despliega un espacio donde lo popular y lo devocional se encuentran con una lectura contemporánea del archivo y la memoria. La obra oscila entre lo documental y lo visionario, entre la observación científica y la alucinación colectiva. Gironès no busca respuestas: construye un dispositivo donde ver y creer son actos indistinguibles.
Comisariada por Leticia Cano, la muestra propone una experiencia inmersiva que interpela tanto al espectador creyente como al escéptico. La disposición de los tres canales no impone una narrativa lineal, sino una constelación de imágenes que orbitan alrededor de una pregunta sin resolver: ¿qué vemos cuando decimos haber visto un milagro?
En tiempos saturados de pantallas y simulacros, El miracle del sol nos recuerda que la imagen todavía puede ser un lugar de misterio. Que entre el ojo y la luz persiste una zona incierta donde lo humano se reencuentra con lo trascendente.
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