
La Comunitat Valenciana se prepara para un verano sin restricciones en el consumo de agua, gracias a las abundantes lluvias de los últimos meses que han permitido recuperar los niveles de los embalses. En algunos casos, como el sistema del Palancia, se ha pasado de una situación crítica en 2024 —cuando apenas alcanzaba el 23 % de su capacidad— a estar prácticamente lleno. Este repunte generalizado ha sido especialmente significativo en los sistemas de Castellón, como Mijares, Palancia y Sénia-Maestrat. Embalses como el del Regajo o Ulldecona han experimentado aumentos notables, este último llegando al 83 % tras haber estado en mínimos históricos el año anterior.
También se han registrado mejoras importantes en el sistema del Turia, con el embalse de Benagéber aumentando del 55 % al 73 % y Loriguilla en claro ascenso. En el Júcar, el embalse de Contreras ha subido del 71 % al 80 %, con un incremento superior a los 30 hectómetros cúbicos. En conjunto, los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Júcar almacenan actualmente un volumen equivalente al 65 % de su capacidad total, y en muchos casos han superado el 80 % de su volumen estacional máximo.
A pesar de esta situación favorable, desde la Confederación se insiste en mantener la cautela. Aunque no se contemplan restricciones durante la época estival y se prevé una campaña de riego sin contratiempos, se advierte que la sequía podría regresar rápidamente si cesan las lluvias. Esto es especialmente relevante en zonas como Alicante, donde los sistemas de Marina Alta, Serpis y Vinalopó continúan en alerta, y la Marina Baja sigue en situación de emergencia por escasez hídrica. En estos territorios, el déficit de precipitaciones mantiene un escenario delicado.
Para evitar futuras restricciones y contribuir al uso responsable del agua, aquí se proponen cinco formas sencillas de ahorrar:
- Cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes o te enjabonas las manos.
- Instalar dispositivos de ahorro como reductores de caudal o grifos monomando.
- Reutilizar el agua de lavar frutas y verduras para regar las plantas.
- Optar por duchas cortas en lugar de baños prolongados.
- Revisar periódicamente grifos y cisternas para detectar y reparar fugas.
Aplicar estos hábitos puede marcar una gran diferencia en la conservación de este recurso vital, especialmente en zonas propensas a la escasez.
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