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ImpulsaCultura o la mentira del emprendimiento cultural en Alicante

27 de octubre de 2025 por Jon López Dávila 6 comentarios

El Centro de Emprendedores de Alicante y su programa ImpulsaCultura Proyecta, que alcanza ya su sexta edición, se presentan como una apuesta firme por el desarrollo del sector cultural. Sin embargo, tras la retórica institucional y las fotografías de gala, crece una sensación compartida de desencanto y engaño entre quienes alguna vez creyeron en la promesa de apoyo real al emprendimiento cultural local.

Son ya seis ediciones y varios contratos por miles de euros, adjudicados a las mismas empresas de siempre, las que —bajo el pretexto de “formar” y “acompañar” proyectos culturales— han convertido este programa en una maquinaria autocomplaciente, más preocupada por justificar su propia existencia que por generar un impacto tangible.

En teoría, ImpulsaCultura busca profesionalizar el sector cultural, dotando a los creadores de herramientas empresariales. En la práctica, sin embargo, el resultado ha sido una estructura inestable, sostenida por una red de paniaguados que orbitan alrededor del mismo círculo de formadores y gestores, año tras año. La endogamia es tan evidente como la falta de resultados medibles.

Porque si los datos importan, ahí están: más de un centenar de proyectos culturales “impulsados” y ninguno que haya logrado consolidarse gracias al programa. El deseado “ecosistema creativo” sigue siendo una promesa vacía, y los beneficiarios reales parecen ser siempre los mismos.

Lo que se vende como “formación especializada” acaba reproduciendo los mismos patrones de un modelo de emprendimiento importado y poco adaptado al contexto cultural real. Se enseña a los creadores a hacer planes de negocio, a diseñar “pitch decks”, a hablar de sostenibilidad y escalabilidad, pero se olvida lo esencial: que el arte y la cultura necesitan apoyo estructural, no coaching motivacional.

Los contratos, además, se adjudican en concursos exprés, en los que apenas hay tiempo material para que otras entidades puedan competir. Casualidad o no, las empresas adjudicatarias llevan los mismos nombres y apellidos desde hace seis años.

Promesas incumplidas

Uno de los grandes reclamos de ImpulsaCultura ha sido la creación de un hub cultural en Las Cigarreras, un espacio donde los proyectos pudieran desarrollarse y coexistir. Hoy, ese sueño se desvanece: el espacio apunta a convertirse en un museo internacional o en oficinas municipales, mientras los emprendedores culturales siguen sin un lugar real donde crecer.

El problema no es solo el despilfarro —que también—, sino la falta de visión. Alicante podría haber aprovechado estos recursos para construir una red sólida de apoyo a la cultura local, fomentar la producción, la distribución y la profesionalización real. En lugar de eso, se ha optado por el camino fácil: programas de escaparate, galas de autopromoción y diagnósticos repetidos que no cambian nada.

El resultado es una cultura institucionalizada, dependiente de subvenciones mal orientadas, sin tejido empresarial sólido ni espacio para la innovación auténtica.

El Centro de Emprendedores y su programa estrella parecen más interesados en mantener su propio relato que en generar un verdadero impacto en el sector cultural. Mientras tanto, el talento local sigue buscando oxígeno fuera o mal viviendo aquí. Lo triste no es solo el dinero dilapidado, sino la sensación de oportunidad perdida, la confirmación de que en Alicante la cultura sigue siendo, para algunos, un negocio. Pero no, precisamente, para los que pretendemos, y vivimos, de la cultura.

Publicado en: ALICANTE CIUDAD, en portada, noticia cultural, noticias breves, REVISTA




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Comentarios

  1. Luis Antonio Cerasa dice

    28 de octubre de 2025 a las 12:41

    Saludos a todos. Después de leer un interesante artículo en este sitio, debo decirles que esta conducta pareciera ser un virus que existe en el mundo entero, es decir; aunque esto esté ocurriendo en españa, en latinoamérica es muy común. Miles de millones de dólares destinados a programas de desarrollo e impulso de las areas culturales y creativas que solo quedan en eso. en una especie de charlas de orientación y autoayuda de como se denen hacer las cosas, pero que finalmente no se hace nada. Parece mentira, pero la distancia entre culturas se hace tan corta en procederes y conductas que forman parte, en la mayoría de los casos de orientación política, y que al final solo favorecen a las cuentas bancarias de quienes proponen esos mismos programas y no a quien estan destinados. Pero más allá de ser concientes de eso, esta demostrado en la práctica que eso no nos lleva a ningún lado, es decir; no surte ningún efecto denunciarlos publicamente por que no tienen ni un ápice de verguenza y lo seguirán haciendo una y otra vez, mentir es parte fundamental de la polítiquería barata, y al parecer en estos tiempos quien más miente es quien más oportunidad tiene de ostentar cargos públicos y administración de recursos públicos que a final de cuentas van a parar a cualquier lado. En el caso particular de la cultura, esas conductas ya son parte de una cultura clientelista política, si eso tambien es cultura, aunque no nos agrade. Es conducta desgenerativa de la calidad humana, de la solidaridad que se ha convertido en eso, en aprovechamiento del otro y del beneficio para pocos. Pero ante ello hay formas de avanzar, es decir; sabemos la enfermedad y la causa, tenemos dos opciones, oo buscamos la medicina que pueda extirpar el mal, o dejamos que ese mal siga su camino. Como quiera que se asuma, yo creo que hay que dejarles existir sin convivir con ellos, la mejor medicina para esos procederes es «Ignorarles por completo», cada vez que propongan algo que suspuestamente beneficie a otros y sean los mismos promotores no debemos prestarle atención, no asistir a sus llamados o convocatorias, dejarles a a un lado como lo han hecho ellos en el pasado, «No existen». Esa para m es la cura y en consecuencia nos lleva a la segunda opción, abandonarles con sus mentiras a ver a donde llegan, eso finalmente no debe importarnos. A partir de allí tomar los correctivos, es decir, sabemos que quienes se suponen deben hacer las cosas bien en beneficio de otros no lo hacen, entonces hagamoslo nosotros, sin bacilar, demos el ejemplo, sacrifiquemos un poco de nuestro tiempo, de nuestras vidas y hagamos algo para que la cultura se mantenga, nuestros orígenes y nuestra forma de vida debe prevalecer, es el sustento de una sociedad, eso representa la cultura. Ahora las expresiones culturales son parte de esa cultura de vida, la danza, la literatura, la pintura, la gastronomía, el cine, la música, etc. Son expresiones de la comprensión de vida de una sociedad y su cultura. Allí debemos abonar los que por condición natural vivimos enmedio de la cultura o del arte, desde un promotor comunitario hasta un dirigente nacional. Hagamoslo nosotros que podemos hacerlo y dejemos a los mentirosos seguir su camino, cuando ya nadie les crea desapareceran ppor si mismos. Soy guionista y cineasta, con mas de 25 años en la docencia en diferentes areas de la composición cinematográfica, dirijo una escuela de cine y una variedad de programas para capacitación y formación a distancia. Estoy a la disposición para dar charlas y clases a grupos organizados en el mundo entero, aprovechando las ventajas del internet. Sin costo alguno, totalmente gratis para quienes quieran formarse en el arte de contar historias para el cine, desde pequeños formatos hasta una película en la gran pantalla. Si puedo ser útil, pues acá estoy. Simplemente ser parte de la solución. Abrazos.

    Responder
  2. JJ dice

    28 de octubre de 2025 a las 15:00

    Olé Jon! No se puede definir mejor lo que es esta mierda. Yo disolví el proyecto, mientras esta gente ha seguido montando coworkings y llevándoselo calentito con el beneplácito del Ayuntamiento.

    Comparto.

    Responder
  3. LK dice

    28 de octubre de 2025 a las 21:32

    Aplausos de pie por este artículo. Se tenía que decir y se dijo de o a mejor forma.

    Responder
  4. Laura León dice

    28 de octubre de 2025 a las 21:36

    Que artículo tan acertado, yo soy uno de los poquísimas proyectos que se gesto en el modelo de Impulsa Cultura, la verdad es que me sirvió para darle forma a mi idea y conocer gente maravillosa que pretendían también emprender …
    Al culminar la capacitación, senti y sentimos que nos echaron y se olvidaron de nosotros.
    Gracias a mi cabezoneria, y otra gente que si te acompaña y trabaja como a codo contigo para que tu proyecto sea viable, es que logré conseguir abrir la galería de arte Vearte, un camino muy difícil, y sin apoyo posterior.
    No entiendo eso de promover el emprendiendo si no hay políticas que acompañen y ayuden a consolidarlos.
    Gracias

    Responder
  5. Etr dice

    29 de octubre de 2025 a las 08:16

    Gracias,por el artículo,soy una de las afectadas, pero como dice la primera respuesta.Ojalá denunciar sirviera para algo, pero no!

    Responder
    • Jon López Dávila dice

      29 de octubre de 2025 a las 08:38

      Hola Etr!

      La denuncia lleva ahí desde casi el principio. Los contratos son los que son, pero si al menos sirve para que todo esto deje de ser un cortijo, ya habremos ganado algo.

      En esta web, tratamos de generar debate. Y en este caso, lo hacemos a sabiendas, de que en esas 6 ediciones, lo que sí ha habido son muy buenos proyectos, que enfocados de otra manera, podrían haber generado una riqueza cultural (en muchos aspectos) a Alicante.

      Muchos hemos trabajado, o estamos trabajando, en que eso que ni la plataforma, ni las 2 concejalías implicadas hacen, se pueda hacer independientemente. Nuestras conexiones e intereses son comunes: Alicante y su cultura. Y quizá, sea el momento, de que toda esa red decepcionada, ponga remedio a todo esto, para reclamar cosas que realmente necesitemos: empezando por dinero, pasando por espacios y luego… todo lo demás.

      Un saludo.

      Responder

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