
La cultura vuelve a ser víctima de la desidia política. Doce asociaciones profesionales de las artes escénicas de la Comunitat Valenciana han levantado la voz contra la indefinición y la falta de apoyo que el Institut Valencià de Cultura (IVC) viene mostrando hacia la Mostra de Teatre d’Alcoi, un evento que desde 1991 ha sido el escaparate principal para la creación escénica valenciana y el lugar de encuentro entre compañías, productores y programadores.
La alarma saltó en la última edición: la Generalitat redujo de forma repentina la subvención de 155.000 euros a apenas 60.000, una decisión tomada a pocos días del inicio que comprometió gravemente la programación y los compromisos ya adquiridos. Tras las protestas y reuniones, el Consell prometió devolver la aportación al nivel de 2024, pero lo cierto es que esa promesa aún no se ha materializado. Y lo que se vislumbra para 2026 es todavía más preocupante: de momento, solo se contemplan de nuevo 60.000 euros, lo que supone una rebaja del 60% que amenaza con mutilar el mayor escaparate de las artes escénicas valencianas.
Este tipo de decisiones, tomadas desde los despachos lejanos al día a día del sector, recuerdan al desastre de la educación pública: cuando quien gestiona desconoce la realidad, comete errores que después exigen tiempo, esfuerzo y recursos ingentes para corregirse, si es que alguna vez se corrigen. La cultura, como la educación, no puede estar a expensas de la improvisación o de la pasividad.
A la falta de definición y retraso en los pagos de la edición de 2025 —todavía pendientes cuatro meses después de su celebración— se suma el malestar por los retrasos en las convocatorias de ayudas, la ausencia de apoyo a las compañías valencianas en los circuitos de contratación y la falta de una política clara de promoción cultural. El diagnóstico del sector es unánime: la Generalitat está condenando a las artes escénicas a la precariedad.
La situación tiene además una lectura territorial que no puede obviarse: Alicante vuelve a sufrir el peso de la infrafinanciación frente a Valencia. La Mostra de Teatre d’Alcoi, nacida y consolidada en tierras alicantinas, se encuentra amenazada no solo por la falta de recursos, sino por la ausencia de una voluntad política que entienda que el equilibrio cultural en la Comunitat pasa también por cuidar a sus comarcas del sur.
Las asociaciones profesionales —desde actores y actrices a distribuidores, gestores culturales, compañías de circo, salas independientes o escritores teatrales— han firmado una advertencia clara: sin un compromiso firme, el principal escaparate de las artes escénicas valencianas puede quedar reducido a la mínima expresión. El riesgo es evidente: menos programación, menos contratación, menos visibilidad y un golpe a la identidad cultural de un territorio históricamente relegado en los presupuestos autonómicos.
La pregunta, en definitiva, es si la Generalitat asumirá de una vez la responsabilidad de sostener con hechos —no con promesas— la cultura que dice defender. Porque lo que está en juego no es solo una feria: es el futuro de las artes escénicas valencianas.
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