 
El próximo 1 de julio se pondrá en marcha el plan de verano de la Conselleria de Sanidad para cubrir las vacaciones del personal sanitario. Aunque se ha incrementado ligeramente el presupuesto, alcanzando los 82,5 millones de euros —tres más que en 2024—, los sindicatos consideran que sigue siendo claramente insuficiente, ya que solo se sustituirá a algo más del 10% de los profesionales que estarán de vacaciones. Las urgencias hospitalarias y la Atención Primaria volverán a ser, según denuncian, los servicios más perjudicados.
En la provincia de Alicante, se volverán a cerrar camas en varios hospitales. En el Hospital General de Alicante, permanecerán inhabilitadas 69 camas durante cada uno de los tres meses estivales. En el General de Elche serán 54, en el Hospital de Sant Joan 41, en Elda 38, y en Orihuela se cerrarán 12 camas en julio, 26 en agosto y 28 en septiembre. En cambio, en los hospitales de Denia, Alcoy, La Vila y Torrevieja no se prevé ningún cierre.
Desde el Sindicato Médico CESM en la Comunitat Valenciana critican que el plan se ha presentado con escasa transparencia. Denuncian que aún no se ha concretado cómo se repartirá el presupuesto entre las distintas categorías profesionales, y que solo se conocen algunos datos parciales sobre sustituciones en ciertos departamentos.
También señalan que los recortes en sustituciones afectan especialmente a la Atención Primaria, donde el volumen de trabajo se mantiene durante todo el año y se incrementa notablemente en verano en las zonas turísticas. A pesar de este aumento de la demanda, los médicos siguen atendiendo agendas saturadas, con hasta 50 o 60 pacientes diarios.
Desde Comisiones Obreras en la comarca de L’Alacantí – Les Marines, también se muestran muy críticos con el plan, al que acusan de repetir los mismos errores año tras año. Recuerdan que durante el verano la población en la provincia se duplica o incluso triplica, lo que requiere reforzar la asistencia sanitaria en lugar de recortarla. Consideran que el aumento presupuestario es mínimo y no permite afrontar adecuadamente la cobertura de las ausencias, dejando a las plantillas bajo mínimos.
Además, proponen ampliar los equipos estables en los distintos departamentos para que puedan gestionar las vacaciones internamente sin necesidad de recurrir a planes de contingencia. También lamentan la falta de formación de nuevos profesionales para hacer frente a la demanda creciente.
El panorama sanitario que se espera este verano es complicado y todo apunta a que en otoño podrían intensificarse las protestas. Desde el Sindicato Médico expresan su profundo malestar con la gestión de la Conselleria, afirman haber perdido la confianza y denuncian la falta de avances en aspectos clave como la reducción de las agendas en Atención Primaria, la convocatoria de oposiciones, los traslados, la jornada laboral de 35 horas y las condiciones laborales en urgencias. Si no hay cambios, no descartan nuevas movilizaciones a partir de septiembre.
















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