
El Ayuntamiento de Alicante vuelve a sembrar la polémica. Esta vez lo hace en Playa de San Juan, donde ha iniciado contactos para implantar zonas de estacionamiento regulado (zona azul y zona naranja) durante los meses de verano. La propuesta, presentada por el concejal de Movilidad, Carlos de Juan, en una reunión con representantes vecinales, pretende “favorecer la rotación de vehículos” mediante un modelo que ya ha generado críticas en otras zonas como el centro de la ciudad.
Lejos de atender las verdaderas demandas de los vecinos —centradas en mejorar la seguridad vial, calmar el tráfico, en facilitar la posibilidad de ir en bici a la playa o garantizar la visibilidad de los peatones— el Ayuntamiento parece empecinado en crear un problema donde no lo hay: introducir un sistema de aparcamiento que, de aplicarse, no solo genera incomodidad sino que canaliza beneficios hacia una empresa privada concesionaria, todo en nombre de una supuesta mejora de la movilidad.
Aunque desde el consistorio se afirma que los residentes no tendrán que pagar —al menos en zona naranja—, la realidad es que esta regulación temporal supondría restricciones adicionales para quienes acceden a la zona durante el verano. Y todo ello sin que exista una presión real o insostenible de aparcamiento que lo justifique, según indican muchos vecinos.
Mientras tanto, peticiones mucho más urgentes y sensatas como ampliar las aceras, garantizar la visibilidad en pasos de peatones o mejorar la seguridad frente al uso imprudente de bicicletas y patinetes, siguen relegadas a segundo plano. Los representantes de la Asociación de Vecinos Juntos Avanzamos han sido claros en sus propuestas: habilitar más aparcamiento en batería, reducir carriles para calmar el tráfico y, sobre todo, asegurar que el peatón pueda moverse sin obstáculos ni riesgos.
Pese a ello, la prioridad del Ayuntamiento vuelve a ser la misma: extender un sistema recaudatorio más, disfrazado de solución, en beneficio de empresas concesionarias que se lucran con el espacio público.
El edil de Movilidad anunció además que se habilitará próximamente un carril bici central en la avenida Maestro José Garberí, aunque no detalló plazos ni si se acompañará de medidas efectivas para garantizar el respeto hacia los peatones, especialmente los más vulnerables.
Con esta medida, Alicante vuelve a demostrar que, más que planificar la movilidad con visión a largo plazo, prefiere recurrir a la fórmula fácil: cobrar por aparcar y venderlo como progreso.
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