
Desde Valencia, Alicante se contempla como un mero apéndice, un «oasis» cultural desatendido que se reduce a una parte olvidada del Teatro Principal —un espacio que clama por una reforma urgente— y a la admirable pero solitaria labor de Alicia Garijo al frente del Teatre Arniches. Más allá de eso, tan solo algunos gestos puntuales del IVAM constituyen la escasa presencia cultural que la Generalitat proyecta en la ciudad – y en toda la provincia-. Lo mismo sucede en materia educativa. Tras la polémica consulta del valenciano, la escuela pública ha dejado de ser una prioridad, como también ocurre en Sanidad, donde se percibe una estrategia clara: desprestigiar lo público para beneficiar a la enseñanza concertada y privada. Se está apostando por pagar por títulos, en lugar de formar personas de manera democrática, inclusiva y sin barreras sociales ni económicas.
Así lo han denunciado este martes los portavoces de Compromís en Les Corts en Educación y Cultura, Gerard Fullana y Verónica Ruiz, respectivamente, quienes han acusado al Consell de Carlos Mazón de marginar a la ciudad de Alicante en su propuesta de presupuestos para 2025. Según la coalición, el Consell ha presentado «el presupuesto del Ventorro»: ficticio, lleno de recortes y sin ninguna garantía real de ejecución.
Acompañados por los concejales alicantinos Rafa Mas y Sara Llobell, Fullana ha explicado que en el ámbito de la construcción y mejora de centros educativos, el presupuesto para 2025 contempla un recorte de casi un 20 % respecto al último aprobado por el Govern del Botànic. No se prevé la construcción de ningún nuevo centro educativo en Alicante, y los dos anunciados el año pasado siguen sin avances. Otros doce proyectos de construcción o rehabilitación están completamente paralizados. Todo esto contrasta con la agilidad con la que se ha destinado 1,5 millones a la sede de la Cámara de Comercio, donde el propio Mazón mantiene su excedencia.
Además, Compromís ha denunciado que la supuesta planificación de un CEIP provisional en el barrio de Pla-Carolinas no se trata realmente de una nueva escuela, sino de una instalación de barracones sin horizonte temporal, ya que no está contemplado presupuestariamente como un nuevo centro educativo.
En el terreno cultural, Verónica Ruiz ha criticado el continuismo y la falta de ambición de los presupuestos, con una preocupante ausencia de inversión en archivos, bibliotecas, patrimonio e infraestructuras. Los recortes en el Consorcio de Museos —por segundo año consecutivo— impactarán negativamente en la programación de espacios como Las Cigarreras.
El recorte de casi doce millones en el presupuesto del Institut Valencià de Cultura (IVC) respecto al último del Botànic compromete directamente la programación del Teatro Principal y del Teatre Arniches, así como las ayudas al tejido cultural local: música, artes escénicas y sector audiovisual, que siguen esperando una apuesta decidida que no llega.
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