• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
Quefas

Quefas

  • INICIO
  • AGENDA
  • ¿DÓNDE ESTÁS?
    • ALACANTÍ
    • ALICANTE CIUDAD
    • ELCHE
    • L´ALCOIÀ
    • LES MARINES
    • VEGA BAJA
    • VINALOPÓ
  • ¿QUÉ BUSCAS?
    • ARTE
      • exposiciones
    • CINE
      • Cartelera de Cine de Alicante
      • estrenos
      • series
    • ESCÉNICAS
    • LETRAS
    • MÚSICA
      • EL BUEN VIGÍA
      • FESTIVALES
    • NENICXS
    • SOCIAL
    • TURISMO
      • GASTRONOMÍA
      • Rastros y mercadillos
      • Visitas
  • REVISTA
    • CRÓNICAS
    • DESTACADOS
    • NOTICIAS
    • NOTICIAS CULTURALES
    • OPINIÓN
  • CONTACTO
    • Contacta con nosotr@s
    • Envíanos tu evento
    • Envíanos tus novedades
    • Envíanos tus cartas al director
    • TARIFAS de quefas.es
  • RRSS y SUSCRIPCIONES

Sincericidios de domingo en Low Festival

28 de julio de 2025 por Jon López Dávila Deja un comentario

Hay dos formas de plantearse un último día de festival: dar todo lo que te queda, o tomártelo con tranquilidad. Para mí este ha sido un Low lleno de contrastes, porque he tenido en todo momento en la cabeza a Miquel, con el que ya no compartiré más directos, porque por desgracia, hace un mes que nos dejó. Más o menos, cuando me botaron del otro lado de la trinchera festivalera.

Como tampoco han inventado el don de la ubicuidad y mi capacidad de resistencia ha menguado últimamente, supongo que mi diversión no ha sido del todo completa, estos dias.

-«Esas cosas se notan, por mucho que trates de disimularlas»– me dicen los que me conocen… Y más en un espacio ideado para que saques tu parte más hedonista, divertida y desenfrenada.

La música es una de las mejores formas que he encontrado de consolarme. Siempre ha sido mi bálsamo, porque tiene la capacidad de evadirme de cualquier problema, o tristeza, que tenga. Pero, aunque nos creamos más fuertes de lo que somos, Esas mismas sintonías que te menean el cerebro, tienen, también, una dualidad, en la capacidad de emocionarnos. Y hay canciones que asociamos a determinadas cosas que nos han pasado, y cuando suenan, resquebrajan toda la coraza que hayas podido fabricarte.

Creo que en ese esnobismo, con tintes sincericidas que la gente me echa en cara, hay algo de esa huida de los recuerdos que no quieres explorar. Y viendo el cartel del domingo, tuve claro que me iba a saltar tooooda esa parte final con Fangoria, Miss Caffeina y Dorian como protagonistas.

Así que, si iba a terminar pronto, empecé, también, temprano. Con unos vermús, unas tapas y unas buenas conversaciones que tenía pendientes por el centro de Benidorm. Me hace gracia porque se ha generalizado la idea de que soy una especie de bicho raro. Y sí, soy tímido, me gusta más observar que hablar… pero si voy sólo a los conciertos, es por dos razones que no tienen que ver con mi sociabilidad. La más importante, es que estoy trabajando. Y la segunda, consecuencia de la primera, es que me abstraigo, pienso, escribo y, en un festival, por ejemplo, voy a contracorriente y veo a bandas que no he visto, o que me generan curiosidad. Algo que no es del todo común, o popular en la generalización de pisar más el escenario principal, que el que está por ahí perdido. Por no hablar de que si estoy a lo mío, el caso que te voy a hacer si me acompañas, no es el que debería, y no me gusta ser maleducado.

Un periodista, aparte de sonidos, etiquetas y realidades, busca conversaciones diferentes para encontrar la objetividad de lo que pretende escribir. Y es curioso, porque ese hecho es el que hace que tu agenda acabe llena de gente que, de alguna manera, se apega a tu concepto de la vida. Aunque en mi caso, eso lleve implícito ser el décimo noveno, o el octogésimo segundo en la lista de prioridades de la mayoría de gente que conozco.

Antes me costaba asumirlo, pero ahora, le he encontrado un por qué. Te puedo parecer interesante, pero tienes 18 personas con las que te tomarías una cerveza, o un café, antes que conmigo. Y no lo digo por dar pena, sino porque, en realidad, eso me da la justificación para ser todo lo sincero que quiero, y puedo, en mis reflexiones.

Hoy en día, no se estila ser directo. O utilizar adjetivos que el buenismo imperante hace que asusten. Yo no tengo mala fé. No engaño a nadie porque desde que empecé con esto, utilizo una fórmula simple: primo las bandas emergentes. Y a las otras, les exijo un mínimo para, al menos, mantener lo que les ha encumbrado. O en su defecto, mejorarlo con innovación.

Hay cientos de cronistas, y cada uno tiene su fórmula. La única realidad es que ninguna asegura el éxito. Porque no se puede ser objetivo. A mí, por ejemplo, me gusta más la distorsión que los ritmos latinos -¿Qué le voy a hacer?-

Así que con todo esto en mi batidora mental, dejo que hablen mis sentimientos y por eso acabo de escribirte todo ésto, porque, creo que es bueno contextualizar las cosas, para que entiendas que yo puedo tener un mal día, se me ha podido morir un buen amigo, o tengo un paladar diferente al tuyo, pero me guste más o menos lo que veo, tengo mi forma de querer a la música. Y simplemente, me dedico a contar lo que siento cuando voy a ver un concierto.

Los directos del domingo…

El primero del domingo, fue el de Vera Fauna. Es digno de mención que la organización, haya abierto los 3 días con bandas con una proyección de la hostia: Colectivo Da Silva (el viernes), Ezezez (el sábado) y estos sevillanos el domingo. Un día que, además, fue una especie de escaparates de discos nuevos, primero con Vera Fauna, luego con Amaia y, también, Jordana B.

Los festivales «indie» no están acostumbrados a las cadencias diferentes, al 3×4 o el 4×4 o al que tiene los huevos, o los ovarios, de coquetear con el costumbrismo o a la psicodelia. Supongo que quien mama la herencia y respira su ciudad, acaba inventando algo que no se había hecho. Lo mejor de ver a estos cuatro chavales, es que el juego de «a qué se parece» te lleva a extremos variopintos, como Kiko Veneno, Zephyr Bones, Pájaro o Los Milkyway Exprés. La parte hipnótica de usar bien el modulador y el pedal de expresión le da a todo un matiz lisérgico, que mezclado con el porro de maría que se fumaron a mi lado… imagínate.

Quizá lo repita esta semana, para disfrutar mejor, si cabe, el «Dime dónde estamos», del que sólo pudieron escupir unas partes. Y reconozco que a mí, se me quedó corta la experiencia de 45 minutos, una constante en los conciertos de la noche en el Escenario de Radio 3. Con recuerdo incluido a Abraham (que estará bailando con Miquel) y un cierre épico con ‘Sale el sol’, que tiene una letra muy acorde con mi sentimiento actual.

A Amaia la vi en el WARM y en el Spring, hace un mes. Siempre es un gusto disfrutar sus directos, y el efecto del humo de la risa, con la primera Mahou de la tarde, supo mejor con su prodigiosa voz, mezclada con pianos, arpas y delicadezas diversas. Pero, tuve una especie de dejavú que hacía que todo lo que interpretara, pareciera que ya lo había visto, así que volví al escenario Radio 3, con media cerveza aún, a ver a Jordana B.

La banda de María Solá Oteyza tiene una especie de doble cara, que mezcla, parte sutil rozando el pop, y otra versión diferente, cuando el guitarrista pisa el pedal de la distorsión y el 4×4 de la batería, cuadra esa parte que parece tan sencilla, pero que no todas saben hacer. Han perfeccionado el directo de las canciones de «Otra vez el mismo tema», que, prácticamente, estrenaron en marzo en Alicante. El repertorio es parecido, pero el sonido es mejor y se les vieron más tablas sobre el escenario con, como no, versión castellanizada de ‘Common People’ de Pulp.

El dejavú continuó con Lori Meyers. También Paco debe estar haciendo coros por ahí con los otros dos desaparecidos recientes, y honrados, de la noche. Casi clavaron el concierto del Spring, con menos emocionalidad latente. Tengo demasiadas canciones de los de Loja clavadas en la memoria. Algunas ya ni las tocan, pero si suena ‘Luciérnagas y mariposas’ o ‘Tokio ya no nos quiere’ se me derrite literalmente la patata. Así que me mantuve a distancia viendo como el Puig Campana se iba oscureciendo detrás del cartel de VibraMahou.

No soy muy de llantos, pero estos tres días se me han escapado unos cuantos sollozos incontrolables. No me importa reconocerlo, porque con tanta puta emoción inesperada, debo tener las hormonas por las nubes. Así que hice caso a mi amigo Ariel, que los había visto un día antes en Madrid, y me fui a ver a Bestia Bebé.

No sé. Dicen en una de sus canciones que el «rock & roll pasó de moda». Y yo no sé muy bien si tienen o no razón. La verdad es que el cuerpo me pedía un pogo, y, me metí por ahí, a ver si alguien me empujaba fuerte, porque este Low, salvo con Sexy Zebras, Kate Clover y Grande Amore, no ha habido mucho de eso. Y, a veces, sienta bien desahogarse o hacer buena la letra ‘del verano’: Dar unas vueltas con música fuerte y quedar aturdido, y quedarme tranquilo. Lo bueno de estos conciertos de 45 minutos, es que la banda puede darlo todo y resulta más fácil corresponder la dicha con una entrega acorde con la circunstancia.

La idea era bajar a ver un rato a Rusowsky antes del último bolazo de la noche. Y bajé, pero el nivel de revoluciones era un poco diferente al que el bombeo en el espacio donde antes tenía el corazón, era diferente. Así que hice tiempo con Miss Deap In antes de dejarme embaucar por The Family Battenberg.

Como en una buena eutanasia, uno debe saber qué quiere meterse como colofón a tres días de jarana. Mi opción B era Svsto, pero eso exigía tragarme cosas que no me apetecían demasiado, y pagar mañana el madrugón. Así que elegí muerte, o lo que es lo mismo, a cuatro putos galeses locos, con un rollo poco british, o más de Commonwealth de las antípodas. Aire fresco, como el día que descubrimos a los Osees o a los King Gizzard and The Lizard Wizard o a Wolfmother cuando se descolgó con aquella joya homónima de 2005.

El caso, es que después de tanta queja y llanto, de repente, mi corazón reapareció, a un tempo, más o menos constante de 135 bpm, y las lágrimas fluyeron por otro tipo de emociones, más catárticas. Otros 45 minutos que se quedaron cortos y temazos como ‘Fuzzy features’ o ‘Feed Yer’ se quedan conmigo para la siguiente vez que me dejen pinchar en el Jendrix.

Reconozco que me quedé con las ganas de ver a Camellos, pero una retirada a tiempo, es una victoria. Y, en ocasiones hay que evitar sensaciones y ser consciente de los límites. A veces propios, y otras impuestos por las circunstancias.

Hay circunstancias en las que uno no puede disfrutar las cosas como le gustaría. Supongo que Miquel se lo hubiera pasado bien en los pogos y nos hubiéramos echado unas risas criticando lo de siempre, fuera de crónica. Supongo que ya, nunca más estaré sólo en un festival. Seguramente, porque me toca disfrutarlos por dos y contártelo a ti, como si fueras él.

Al fin y al cabo, él era el que me daba alas, cuando todo eso que os he tenido que contar hoy, me afectaba, o iba en mi contra. Hoy como otras muchas cosas, me tengo que adaptar a mis nuevas circunstancias. Y eso incluye saber que otros seguirán divirtiéndose con Camellos, Svsto o Delaporte, mientras yo sueño con un futuro diferente. Y espero que mejor.

Quizá te interese también:

  • El quinto escenario del Low
  • Crónica del sábado – El día que descubrimos a Midnight Generation
  • Crónica del viernes – Pet Shop Boys, Xoel, Cora Yako, Mujeres y Grande Amore, me alegran la primera noche de Low 2025.
  • Kit para festivales. La guía definitiva para disfrutar al máximo

Publicado en: crónicas, Les Marines, MÚSICA, noticia cultural, noticias breves, Noticias de festivales, REVISTA Etiquetado como: Baltimore, Benidorm




Síguenos en whatsapp
Síguenos en Telegram

Entradas recientes

  • ¿Qué vas a hacer el miércoles?
  • “Mutxamel a Escena” celebra su XI edición con un octubre dedicado al teatro amateur
  • Santa Pola avanza para estar preparada ante las olas de calor
  • La NIT OBERTA, el 09´d octubre y otros atractivos del mes en Novelda
  • Exposición «Activistas sin fronteras. El compromiso transnacional de las mujeres en el siglo XX»

Interacciones con los lectores

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Quefas © 2025

X