
Tener un hijo en la España de hoy es, para muchos jóvenes, casi un acto de valentía. La dificultad para acceder a una vivienda, los salarios precarios y la incertidumbre sobre el futuro han retrasado la maternidad y la paternidad, reduciendo durante años las cifras de natalidad. Aun así, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan un pequeño respiro: en la provincia de Alicante nacieron 6.290 bebés en la primera mitad de 2025, lo que supone un 2,19% más que en 2024 y un 51,23% más que en 2023.
Un incremento que rompe la tendencia negativa, pero que convive con un estancamiento en los meses centrales del semestre. Tras un enero fuerte, con 1.204 nacimientos, febrero y los meses siguientes se movieron en torno al millar de bebés —1.020 en febrero, 1.010 en marzo y abril, y 999 en mayo—, para volver a repuntar en junio con 1.061 alumbramientos.
Los datos apuntan a que la segunda mitad del año suele concentrar más nacimientos, como ha ocurrido de forma constante en los últimos ejercicios. Aun así, la fotografía general muestra un reto demográfico de fondo: las generaciones en edad fértil son cada vez más reducidas y los obstáculos materiales para formar una familia no dejan de crecer.
La vivienda y los sueldos, barreras para la natalidad
El ligero repunte no esconde la dificultad estructural que enfrentan las parejas que desean tener hijos. El precio del alquiler y la compra de vivienda en Alicante, unido a los contratos temporales y a los bajos salarios, dibuja un escenario en el que muchos posponen —o incluso renuncian— a la maternidad o paternidad.
“Las cifras mejoran, pero no podemos hablar de un cambio de tendencia estable mientras los jóvenes no tengan garantizado un proyecto de vida”, apuntan expertos en demografía. Según subrayan, los problemas de vivienda y de estabilidad laboral son hoy los principales frenos a la natalidad, incluso por encima de factores culturales.
Más muertes que en los últimos dos años
El contraste llega al comparar los nacimientos con las defunciones. En lo que va de 2025 han fallecido 9.379 personas en la provincia, un dato superior al de 2024 (8.983) y 2023 (8.878). Aunque la mortalidad desciende ligeramente semana a semana, el saldo entre nacimientos y muertes continúa siendo negativo.
Un futuro demográfico incierto
Pese a los llamados “brotes verdes” en la natalidad, la provincia —y el conjunto del país— sigue enfrentando un desafío de gran calado: sin medidas que reduzcan la precariedad y faciliten el acceso a vivienda y empleo estable, el repunte corre el riesgo de ser un espejismo en medio de una crisis demográfica que amenaza con cronificarse.
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