
El Ayuntamiento de Alicante ha aprobado este martes una nueva regulación que limitará la apertura de apartamentos turísticos en las zonas más saturadas de la ciudad. Sin embargo, la medida llega después de años de crecimiento descontrolado del alojamiento turístico y sin un plan contundente para abordar el problema de fondo.
La Junta de Gobierno Local ha dado luz verde a la Modificación Puntual número 52 del PGOU, que establece un máximo de 0,187 plazas turísticas por habitante. Las áreas que ya superen ese umbral se considerarán saturadas y no podrán sumar nuevas plazas. Se prevé además una revisión anual, aunque el impacto real de esta medida dependerá de la capacidad del consistorio para aplicarla con rigor.
La normativa introduce excepciones significativas: los hoteles de 4 y 5 estrellas quedan fuera de las restricciones, mientras que los de 3 estrellas tendrán un límite más laxo, de 0,32 plazas por habitante. El Ayuntamiento justifica esta distinción como una apuesta por atraer turismo de mayor poder adquisitivo, pero el resultado puede ser una regulación desigual que no frene realmente la presión sobre el mercado de la vivienda ni la pérdida de comercio local.
Entre los cambios urbanísticos también se prohíbe el uso turístico en las plantas bajas de las principales calles comerciales, con el objetivo de proteger el tejido de proximidad. Además, los nuevos apartamentos en edificios residenciales deberán disponer de accesos independientes, para minimizar conflictos vecinales.
Pese a estas medidas, la oposición advierte que el Ayuntamiento sigue sin abordar el problema central: la proliferación de apartamentos ilegales. PSOE y Compromís insisten en que, sin asumir competencias sancionadoras, la nueva normativa tendrá poco efecto más allá del plano teórico. Desde Esquerra Unida–Podem califican la decisión de tardía y recuerdan que la saturación turística es ya un hecho en buena parte de la ciudad.
A la falta de contundencia se suma la ausencia de avances en otros frentes. El gobierno municipal no ofreció novedades sobre la esperada regulación de los tuctucs, los vehículos turísticos que se han multiplicado por el centro urbano. Aunque el alcalde había anunciado que se presentaría esta semana, el proyecto aún no está listo.
La nueva normativa es, por tanto, un intento de poner orden en un fenómeno que lleva tiempo desbordando la capacidad de gestión del Ayuntamiento. Alicante reacciona, pero lo hace tarde y con medidas que, de momento, parecen más simbólicas que efectivas.
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