Para fomentar el comercio local se inventan todo tipo de estrategias, aunque a veces bastaría con lo básico: sacar las tiendas a la calle, ofrecer descuentos, diferenciarse del Black Friday o de Amazon… Pero no, mejor decirnos que comprar aquí es “muy top” y lanzar campañas que nos aseguren que la experiencia es única.
En toda la provincia se están multiplicando estas iniciativas promocionales (presentadas con luz y taquígrafos) que prometen convertir cualquier ciudad en un destino de compras de primer nivel. Todo se presenta con carteles coloridos, gráficos llamativos y mensajes que pretenden ser frescos, desenfadados y conectar con todos los públicos. Se incluyen juegos, sorpresas y actividades interactivas que supuestamente harán que comprar sea algo extraordinario.
El objetivo es claro: que todo sea “muy top”, “muy exclusivo”, “muy de aquí”… aunque, en realidad, con tanto top por todos lados, uno empieza a preguntarse si los clientes van a entenderlo, si van a querer comprar tanto o simplemente van a reírse de tanto bombo. Porque cuando todo es especial y único, el riesgo es que nadie sepa realmente qué vale la pena y qué no.
Al final, se trata de llamar la atención y de dar la sensación de que comprar en el comercio local es toda una experiencia… aunque, con tanto “muy top”, la pregunta que queda flotando es si el público está listo para tanta exclusividad.
















Deja una respuesta