La Junta de Gobierno Local de Alicante ha aprobado este martes, por la vía de urgencia, la licitación de dos proyectos largamente esperados: la reurbanización del barrio Virgen del Remedio y la reanudación de las obras del parque La Torreta en el PAU 2. Ambos planes, financiados con fondos europeos, llevan años bloqueados, y su puesta en marcha se produce en el límite del calendario fijado por la Unión Europea.
El proyecto de reurbanización del Virgen del Remedio, dotado con 4,5 millones de euros, contempla actuaciones como la creación de una nueva plaza, la formación de dos supermanzanas peatonales, la reconfiguración del tráfico, aceras más amplias, zonas verdes, mobiliario urbano y luminarias sostenibles. Se ejecutará en un plazo estimado de ocho meses, en un área que comprende la avenida Pintor Gastón Castelló y varias calles adyacentes.
A este proyecto se suma una intervención paralela de rehabilitación de 264 viviendas del barrio, con una inversión adicional de 6,9 millones. Sin embargo, esta segunda actuación aún no ha sido licitada, y tampoco se han aprobado trámites clave como la ordenanza fiscal para las aportaciones vecinales ni la modificación de la normativa para permitir la instalación de ascensores en fachadas. Todo ello plantea serias dudas sobre la viabilidad de ejecutar a tiempo unas obras que, si no están terminadas a mediados del próximo año, podrían perder la financiación europea comprometida.
El precedente no es alentador: en una convocatoria anterior ya se perdió una parte significativa de las ayudas al no alcanzarse el número mínimo de beneficiarios.
Por otro lado, la Junta también ha desbloqueado el concurso para retomar las obras del parque La Torreta, paralizadas desde febrero de 2023 tras la renuncia de la empresa adjudicataria. El nuevo proyecto, con un presupuesto de 3,6 millones de euros y seis meses de ejecución, transformará una parcela de 20.000 metros cuadrados en un espacio verde con un escenario, varias zonas de juegos infantiles adaptados, toboganes y una tirolina.
Ambos proyectos suponen una inversión total cercana a los 11,5 millones de euros, pero su ejecución contrarreloj, tras años de inacción, plantea el riesgo real de que no se llegue a tiempo. Si se pierden los fondos europeos, las actuaciones podrían quedar incompletas o recaer íntegramente sobre las arcas municipales.
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