
El próximo 24 de septiembre a las 19 horas en la Plaza del Ayuntamiento de Alicante, cientos de vecinos y vecinas están llamados a concentrarse para expresar, una vez más, su hartazgo. La causa es clara: el injusto “tasazo” de la basura, una carga económica desproporcionada que golpea a familias, pequeños comercios y hosteleros, al mismo tiempo que las calles de nuestra ciudad muestran un nivel de suciedad inaceptable.
La situación raya lo surrealista: los recibos se inflan mientras Alicante luce esquinas repletas de bolsas, colchones abandonados y contenedores desbordados. La ciudadanía paga más, pero recibe menos. Cada paseo por avenidas, plazas y barrios confirma lo que muchos llevamos tiempo denunciando: el deterioro del servicio es evidente.
La indignación no es sólo por el dinero. Es por la sensación de abandono. Alicante, una ciudad con vocación turística, motor universitario y orgullo mediterráneo, se está viendo reducida a un escenario de dejadez. No son meros “detalles estéticos”: hablamos de salud pública, de imagen internacional y de dignidad cívica.
Mientras tanto, el equipo de Gobierno parece parapetado en la pasividad. No se escucha al vecino, no se afronta el problema con seriedad, no se plantea una modificación justa de la ordenanza. La respuesta institucional oscila entre la indiferencia y la propaganda, pero la realidad es testaruda: los contenedores siguen reventando y las tasas siguen creciendo.
Por eso, la convocatoria de la Coordinadora Alicante Limpia no es un capricho: es una llamada a la responsabilidad colectiva. Porque la limpieza de la ciudad y la justicia fiscal no son lujos, son derechos. Y porque ningún ayuntamiento puede seguir ignorando a quienes mantienen vivo el pulso de Alicante: sus vecinos.
Por eso, el 24 de septiembre no es una fecha cualquiera. Es el momento de mostrar que no nos resignamos, que no vamos a seguir pagando más por menos, que queremos una ciudad limpia y un gobierno responsable.
Alicante merece más. No se trata sólo de tasas o contenedores: se trata de respeto. Llenemos la Plaza del Ayuntamiento y hagamos oír lo que ya es un clamor: modificación del tasazo, ya.
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