• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
Quefas

Quefas

  • INICIO
  • AGENDA
  • ¿DÓNDE ESTÁS?
    • ALACANTÍ
    • ELCHE
    • L´ALCOIÀ
    • LES MARINES
    • VEGA BAJA
    • VINALOPÓ
  • ¿QUÉ BUSCAS?
    • ARTE
      • exposiciones
    • CINE
      • Cartelera de Cine de Alicante
      • estrenos
    • ESCÉNICAS
    • LETRAS
    • MÚSICA
      • EL BUEN VIGÍA
      • FESTIVALES
    • NENICXS
    • SOCIAL
    • TURISMO
      • GASTRONOMÍA
      • Rastros y mercadillos
      • Visitas
  • REVISTA
    • CRÓNICAS
    • DESTACADOS
    • NOTICIAS
    • OPINIÓN
  • CONTACTO
    • Contacta con nosotr@s
    • Envíanos tu evento
    • Envíanos tus novedades
    • Envíanos tus cartas al director
    • TARIFAS de quefas.es
  • RRSS y SUSCRIPCIONES

Analógicamente sensible.

13 de diciembre de 2024 por Jon López Dávila Deja un comentario

Es curioso que mientras más nos distanciamos de la tecnología, más felices parecemos. Sin pretender ser un gurú, durante unas horas, las rutinas de otras épocas no muy lejanas me han poseído. Me he comprado un cuaderno y dos bolis (bic), un libro, le he quitado el polvo a un mp3 con listas del 2005 (sin modo aleatorio) y he necesitado un buen represor de instintos endemoniados para no tocar pantallas.

Te faltan cosas, es obvio. El cuerpo, por mucho que omitas cosas, se ha adaptado con demasiada facilidad a las prisas, a la inmediatez. Tienes miedo de estar perdido cuando no encuentras una calle y duele ver la dependencia que tenemos que alguien responda nuestras preguntas y solvente nuestras dudas al instante.

Tenía la sensación de que el tiempo se había acelerado, últimamente. Y no es que me haya hecho viejo – que también – sino que hay factores en tu vida que te hacen correr por cosas que van a seguir ahí vayas lo rápido que vayas. ¡Tampoco te pierdes tanto! Lo de ser el primero en todo está sobrevalorado. Y se puede ser puntual sin estar todo el tiempo mirando al reloj.

Pero más allá de mis sensaciones, escribo ésto porque hay algo de lo que el uso continuado del móvil nos priva: El silencio. O el ruido natural del mar, de un tren llegando, de un beso de despedida o de un abrazo en un andén. Dejar de estar sordo de esas cosas, aunque te pierdas el último boletín de noticias, o la última novedad de tu banda favorita, merece la pena. Éso y escucharte a ti mismo, con tiempo para pensar lo que quieres que resuene dentro de ti.

Lo analógico, etimológicamente, es algo así como la reiteración de la razón. Y eso, quizá, no lo hubiera averiguado estando saturado, sordo y acelerado.

Publicado en: diario de un soñador incomprendido




Síguenos en whatsapp
Síguenos en Telegram

Entradas recientes

  • Albatera celebra las VII Jornadas de la Breva, uniendo turismo, gastronomía, tradición y cultura
  • Top Nacional 2025 (semana 22)
  • Una nación viril: crónica de una mañana
  • Movilización de autocaravanas contra las restricciones de aparcamiento en la costa alicantina
  • Oda a Fahrenheit 451: Letras que arden por la (r)evolución

Interacciones con los lectores

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Quefas © 2025

X