
La planificación del frente litoral alicantino vuelve a evidenciar la ausencia de una estrategia conjunta entre la Autoridad Portuaria de Alicante y el Ayuntamiento, especialmente en lo relativo a la coexistencia entre infraestructuras logísticas y el desarrollo urbano sostenible. El proyecto de construcción de una estación ferroviaria interna en el muelle 19, vinculado a la conexión con el Corredor Mediterráneo, colisiona directamente con la instalación de una planta de almacenamiento de combustibles promovida por la empresa XC Business en la misma ubicación. Lo que, indirectamente, es una gran noticia para Alicante.
Según informa Alicante Plaza, la Autoridad Portuaria avanza en la tramitación para declarar como suelo de interés portuario la parcela donde se ubicaría dicha estación, concebida para trenes de hasta 750 metros de longitud. Este paso —respaldado preliminarmente por Puertos del Estado— permitirá reforzar la capacidad intermodal del enclave y consolidar su posición como nodo logístico estratégico en el eje mediterráneo.
Sin embargo, esta actuación implica rescatar parte del suelo actualmente bajo concesión de Terminales Marítimas del Sureste (TMS), en concreto en la explanada del muelle 19, una operación que previsiblemente exigirá compensaciones económicas, ya que dicha concesión está vigente hasta 2047.
De forma paralela, la planificación de esta infraestructura ferroviaria compromete la viabilidad del proyecto de XC Business, que contempla la instalación de seis depósitos de combustible en una superficie de 14.500 m² dentro del mismo muelle. La superposición de usos deja entrever una falta de coordinación institucional que pone en entredicho la coherencia del modelo de desarrollo portuario y urbano de Alicante.
Persistencia de fronteras administrativas obsoletas
El mantenimiento de las “lindes” entre el Puerto y la ciudad continúa actuando como un obstáculo estructural para diseñar un modelo territorial integrado, que articule un eje de desarrollo desde el Postiguet hasta Urbanova y la EUIPO. Mientras otros puertos europeos avanzan hacia fórmulas de integración ciudad-puerto, Alicante permanece anclada en una lógica de compartimentos estancos, sin una hoja de ruta común entre administraciones.
La ausencia de posicionamiento claro por parte del Ayuntamiento en este conflicto de usos —así como la falta de alternativas planteadas por el Puerto— evidencia una preocupante pasividad institucional. Esta descoordinación no solo pone en riesgo inversiones públicas y privadas, sino que compromete el desarrollo equilibrado del litoral y su adecuación a las necesidades urbanas, ambientales y económicas de la ciudad.
Una oportunidad que exige visión estratégica
La conexión con el Corredor Mediterráneo representa una oportunidad histórica para redefinir el papel del Puerto como motor económico de la provincia, pero también como espacio urbano en relación con su entorno. No obstante, aprovechar este potencial exige un ejercicio de gobernanza compartida entre las administraciones implicadas, con criterios técnicos, urbanísticos y ambientales alineados.
El desarrollo de una estación ferroviaria, por su dimensión y su impacto, no puede abordarse de manera aislada, ni al margen de una planificación integral que contemple usos compatibles, necesidades ciudadanas y sostenibilidad a largo plazo. Ignorar esta perspectiva solo contribuirá a perpetuar los conflictos y las disfunciones ya existentes en el frente portuario de Alicante.
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