
La Generalitat ha anunciado la creación de un vertedero de emergencia en cada provincia de la Comunitat Valenciana. Esta medida tiene como objetivo reforzar las infraestructuras para afrontar con mayor eficacia las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos y mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias ambientales.
Durante una visita al Centro de Transferencia de Residuos de Quart de Poblet-Manises (Valencia), se destacó el impacto de las recientes inundaciones, que generaron entre 800.000 y 1.500.000 toneladas de residuos en una sola noche. Esta situación excepcional requirió un operativo de emergencia sin precedentes, tanto en recursos humanos como materiales, con una inversión de 179 millones de euros y la participación directa de la administración autonómica.
El plan de choque desplegado ha permitido avanzar en la recuperación de las zonas afectadas. Actualmente, se encuentra en su fase final, centrada en el vaciado completo de los Puntos de Acopio Local (PAL) y los puntos de transferencia. Uno de los principales centros, el de Catarroja, ya está prácticamente vacío, gracias a una gestión ágil que ha minimizado los riesgos para la salud pública y el medioambiente.
A raíz de esta experiencia, se han desarrollado nuevos procedimientos y mecanismos de gestión de residuos que se incorporarán al próximo Plan Integral de Residuos. Este plan también incluirá los vertederos de emergencia provinciales.
En cuanto al operativo logístico, se logró movilizar hasta 1.000 camiones diarios en las primeras semanas, evacuando más de 15.000 toneladas al día. Solo en el centro de Manises-Quart de Poblet se han tratado ya 50.000 toneladas y almacenado 30.000 metros cúbicos de lodos.
La gestión en este centro se centra en maximizar la valorización de los materiales y reducir al mínimo el volumen enviado a vertederos. Para ello, se llevan a cabo tareas de clasificación, cribado, trituración y transporte a gestores autorizados. También se exploran nuevas aplicaciones para los residuos tratados, como el uso de tierras en obras de construcción o sellado de vertederos.
En esta línea, se incorporarán próximamente equipos para deshidratar lodos, con el objetivo de reutilizarlos de forma útil, en sintonía con los principios de la economía circular y la sostenibilidad ambiental.
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