
Frente al dominio de grandes plataformas como Amazon, apostar por el comercio de cercanía se vuelve más urgente y necesario que nunca. Cada euro que invertimos en nuestra librería local es un paso hacia una economía más justa, más humana y con rostro propio. Y cuando, además, se facilitan medidas para reducir costes, la ecuación comienza a tener más sentido: más sostenibilidad, más comunidad, menos monopolio.
En este espíritu, el Ministerio de Cultura y Correos han firmado un convenio que nos ha encantado. Según informa la agencia EFE, ambas entidades colaborarán para fortalecer a las librerías de proximidad abaratando los costes de envío. ¿La clave? Los libros que se compren online en estas librerías de confianza serán distribuidos por los carteros y carteras de toda la vida.
Sí, así es: el libro que eliges en tu librería de siempre llegará a tu puerta gracias a quienes han sido siempre un vínculo con el barrio. La iniciativa, que entrará en vigor tras su publicación en el BOE, contempla importantes descuentos en el coste de los envíos, permitiendo que pequeñas y medianas librerías puedan competir en condiciones más justas con los grandes grupos de distribución.
Además de facilitar el acceso a la cultura, este acuerdo rescata la figura del cartero, fomenta la economía local y fortalece los lazos comunitarios. Como señala el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, “las librerías venden cultura, comunidad, descubrimiento; generan cohesión social y forman parte de un ecosistema fundamental para el país”.
Consumir en el comercio de proximidad es una forma concreta y poderosa de cambiar el modelo. Cada libro que compras en una librería de barrio es una declaración de principios: apoyo a la cultura, a la vecindad, a la economía real. Y sí, también es una manera muy efectiva de plantar cara a los gigantes monopolistas.
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