
Todo termina. Incluso los lugares que parecen destinados a quedarse para siempre – Que se quedan, aunque no estén abiertos -. El Baresito, ese rincón pequeño pero enorme de la Calle Mayor, ese refugio de arte, palabra y música, anuncia su cierre. Y con él, se apaga una luz difícil de reemplazar en la, cada vez más resentida, vida cultural de San Vicente del Raspeig.
Durante años, El Baresito fue más que un bar. Fue un escenario sin cortinas donde los sueños se ensayaban sin miedo al fracaso. Fue también una trinchera, una trinchera amable desde la que resistir al silencio, al olvido y a la uniformidad que imponen estos tiempos de covers y mediocridad. Por su tarima han pasado decenas de bandas emergentes, poetas sin editorial, pensadores incómodos, DJ’s sin pretensiones pero con alma. Allí se empezó, se creció, se cayó y se volvió a empezar. Muchas veces. Y de muchas maneras. Porque en El Baresito no se pedía currículum, solo se exigía verdad.
El lugar tenía eso que no se compra ni se aprende: carácter. No se amoldaba a las modas ni a los ritmos del mercado. Era —y será hasta el final, creo— una apuesta por lo auténtico, por lo humano, por lo que todavía tiene algo que decir en medio del ruido.
Por eso, merece un adiós con la dignidad intacta y la programación de este otoño, bajo el título de «The Last Dance», no es solo una despedida: es una celebración de lo que fue y de lo que se logró. Octubre y noviembre se llenan de nombres que marcaron la historia del local: The Psychophonic Mexican, Dragon’s, Karrarakas, Malakostumbre, DJ Pájaro, Los Kostra, Satura, Dune, Pep Mirambell. Todos ellos regresan como si se cerrara un círculo. También hay espacio para el pensamiento, con charlas como la de Álex Pastor sobre el cambio climático, o la de Carlos Pastor sobre identidad y género, tan necesarias como coherentes con el espíritu del bar.
Y el 20 de noviembre, los Premios Baresito rendirán homenaje a quienes han sido parte de esta comunidad: artistas, colaboradores, asistentes, todos los que alguna vez se sintieron en casa entre esas cuatro paredes.
No duele tanto que un lugar cierre como saber que no volverá a abrir con la misma luz. Duele imaginar esa barra vacía, ese escenario en silencio, ese rincón donde tantas veces se discutió el mundo y se abrazaron las diferencias. Pero no todo se pierde. Queda lo vivido. Queda lo que fuimos allí.
Porque El Baresito no fue un espacio físico: fue una forma de entender la cultura. Un acto de fe en lo colectivo. Una prueba de que aún es posible crear sin pedir permiso.
Y como en aquel «Last Dance» de Michael Jordan, con el que se identifica su despedida, El Baresito se va en su mejor versión. No por la cantidad de gente que arrastra, sino por la fidelidad con la que ha mantenido su rumbo. Se despide sin traicionarse. Con la cabeza alta y el corazón expuesto.
Cerrar no es desaparecer. Los lugares así dejan huella. Y más en estos lares llenos de nostálgicos.No tienen réplica, pero sí eco. Quienes pasaron por allí, quienes tocaron, escucharon, pensaron o simplemente compartieron una noche cualquiera, sabrán que algo de ellos se queda en sus paredes, aunque mañana ya no estén abiertas.
El Baresito no es solo un bar que cierra. Es una época que termina, y con ella, una forma de estar en el mundo.
Gracias por tanto.
OCTUBRE
- Sábado 4 (S4): The Sopetones
- Sábado 18 (S18): Dragon’s
- Sábado 25 (S25): Karrarakas + Videoclip
- Jueves 30 (J30): Charla “El cambio climático (ni cambio ni cambia)” por Álex Pastor
- Viernes 31 (V31): Malakostumbre
NOVIEMBRE
- Sábado 1 (S1): DJ Pájaro + Los Kostra
- Jueves 6 (J6): Charla “Género: Hombres, Mujeres y yo qué sé” por Carlos Pastor
- Viernes 7 (V7): The Psychophonic Mexican
- Sábado 8 (S8): Pon Kilómetros
- Viernes 14 (V14): Satura + Dune
- Sábado 15 (S15): Pep Mirambell
- Jueves 20 (J20): Premios Baresito
- Sábado 22 (S22): DJ Puye feat DJ Pájaro
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