
La provincia de Alicante suma este año 2025 un total de 72 playas galardonadas con la bandera azul, un distintivo que, aunque ampliamente reconocido, se basa principalmente en criterios como la calidad de los servicios, la seguridad y la accesibilidad de las zonas de baño. Tres nuevas playas se incorporan a esta lista: El Bol, en Altea; Punta Negra, en Dénia; y Ortigues-Campo, en Guardamar del Segura.
No cabe duda de que estos servicios son importantes para los usuarios, pero también es necesario recordar que la calidad ecológica del litoral va más allá de duchas, pasarelas y papeleras. En este sentido, la conservación de elementos clave como la posidonia oceánica —una planta marina esencial para el ecosistema mediterráneo— rara vez se considera un criterio determinante en este tipo de reconocimientos.
La posidonia actúa como auténtico pulmón del mar: oxigena las aguas, protege las playas de la erosión y sirve de refugio y alimento a numerosas especies marinas. Sin embargo, sigue viéndose amenazada por la actividad humana, especialmente en zonas turísticas donde la presión sobre el litoral no deja de crecer. A pesar de su importancia ecológica, su presencia o estado de conservación no figura entre los factores prioritarios en la concesión de banderas azules.
Mientras tanto, algunas playas históricas mantienen su galardón, como la de Sant Joan, que lleva 39 años consecutivos en esta lista. Otras, como la Albufereta, quedan fuera este año debido a obras de infraestructura, y playas recién reconocidas como urbanas, como San Gabriel, aún no optan al distintivo.
También se han otorgado banderas azules a 17 puertos deportivos de la provincia, reforzando la imagen de excelencia en cuanto a servicios náuticos y costeros. No obstante, sigue pendiente una reflexión más profunda sobre el modelo de litoral que se quiere promover: uno enfocado en la comodidad del visitante o uno verdaderamente comprometido con la conservación de los ecosistemas marinos.
Las banderas azules ondearán este verano en más playas que nunca en Alicante, pero su significado —centrado en lo superficial— debería cuestionarse si realmente se quiere proteger lo que no siempre se ve, pero que es esencial para la vida del Mediterráneo.
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