
No debería hacer falta, pero ya que hay un día de Los Simpson, de los calcetines de distinto color, o de las croquetas, también hay un día al año en el que las tiendas de discos independientes se convierten en templos, o ponen en valor su condición indispensable, para que los amantes de la música peregrinen a ellas con la ilusión de encontrar pequeñas joyas. Ese día es el Record Store Day, una celebración global que pone en valor algo que, en tiempos de algoritmos y listas infinitas, parece más necesario que nunca: parar, escuchar, y sentir.
Un homenaje a las tiendas de discos
La idea original del Record Store Day nació de Chris Brown, pero fue en 2007 cuando Eric Levin, Michael Kurtz, Carrie Colliton, Amy Dorfman, Don Van Cleave y Brian Poehner fundaron oficialmente esta fiesta de la música. La primera edición se celebró un año después, el 19 de abril de 2008, con Metallica inaugurando el evento en la mítica tienda Rasputin Records de San Francisco. Desde entonces, cada tercer sábado de abril, miles de tiendas independientes de todo el mundo se unen con artistas, sellos discográficos y amantes de la música para reivindicar su espacio en un mundo cada vez más digital.
¿Qué se celebra?
El Record Store Day celebra la cultura musical que gira en torno a las tiendas de discos independientes. No se trata solo de comprar vinilos, sino de vivir la música. Durante ese día se lanzan ediciones especiales en vinilo, CD y otros formatos, se organizan showcases, DJ sets, firmas de discos y actuaciones en directo. En definitiva, se recupera la conexión entre el artista, el disco, la tienda y el oyente.
En España se celebra oficialmente desde 2011 y, desde entonces, ha crecido en participación, repercusión y número de tiendas implicadas. Cada vez son más los músicos que se suman a la fiesta, lanzando ediciones limitadas y material inédito, y cada vez son más los oyentes que redescubren la magia de entrar en una tienda de discos con la mente abierta y salir con una pieza única bajo el brazo.
Vinilo: el placer de escuchar con pausa
En una época en la que la música se consume a golpe de clic y se descarta en segundos, el vinilo propone lo contrario: sentarse, mirar la portada, leer los créditos, dejar que el disco suene entero, sin interrupciones, sin pasar a la siguiente canción compulsivamente. El vinilo tiene alma. Tiene textura. Tiene un sonido que respira, con cuerpo, con matices. No hay nada como la calidez de una aguja acariciando los surcos para recordar por qué amamos la música.
Coleccionar, recordar, vivir
Coleccionar vinilos no es solo un acto de consumo, es un ejercicio de memoria. Cada disco es un recuerdo: ese concierto en el que cantaste hasta quedarte sin voz, esa tarde en la que descubriste una banda que te cambió la vida, ese regalo de alguien especial, ese viaje en el que encontraste una edición rara en una tienda perdida. Tu colección es tu biografía emocional. Es tu museo personal. Nada que ver con una lista de reproducción que desaparece cuando se cae tu suscripción.
Mucho más que nostalgia
El Record Store Day no es solo una celebración para nostálgicos. Es una declaración de principios. Es una manera de decir que la música importa, que merece tiempo, atención y respeto. Que detrás de cada disco hay artistas, productores, diseñadores, técnicos y tiendas que aman lo que hacen. Es una fiesta para los que creen que el vinilo no ha vuelto, porque nunca se fue.
Así que si tienes una tienda de discos cerca, entra. Escucha. Descubre. Apoya. Y si este sábado es el Record Store Day, recuerda que no solo vas a comprar música: vas a celebrar una forma de vivirla.
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