
El Ministerio de Sanidad ha dado un paso ejemplar al presentar una ambiciosa ampliación de los espacios libres de humo en todo el país, dentro del nuevo Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027. Esta iniciativa, aún pendiente de aprobación parlamentaria, representa un firme compromiso con la salud pública y una valiente apuesta por proteger a los más vulnerables frente a los efectos nocivos del tabaco.
Más espacios seguros, más salud para todos
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado una reforma que amplía significativamente los lugares donde estará prohibido fumar o consumir productos relacionados con el tabaco. Entre los nuevos espacios que se beneficiarán de esta medida están:
- Terrazas de bares y restaurantes, sin importar si están cubiertas o al aire libre.
- Marquesinas de autobuses y andenes de transporte público.
- Vehículos de uso laboral y también los privados, si viajan menores o embarazadas.
- Campus universitarios y patios escolares.
- Instalaciones deportivas al aire libre y piscinas comunitarias.
- Fiestas y discotecas al aire libre.
- Todas las playas del país.
- Parques públicos y espacios infantiles, reafirmando una protección ya vigente.
Además, se fomentará la colaboración con autoridades locales para sancionar el arrojo de colillas en calles y espacios naturales, una medida que también protege el medio ambiente.
Una normativa moderna y responsable
Esta reforma no solo se queda en limitar espacios. También avanza con determinación al equiparar la regulación de todos los productos relacionados con el tabaco, incluyendo los cigarrillos electrónicos, vapeadores, bolsas de nicotina y tabaco calentado. Se refuerza además la prohibición de sabores y aromas que atraen a los más jóvenes, y se prevé un aumento en la fiscalidad de estos productos para desincentivar su consumo.
Por una generación libre de humo
Con estas acciones, España se posiciona a la cabeza de Europa en la lucha contra el tabaquismo. La evidencia científica respalda estas medidas, y el consenso social las aplaude. Son políticas valientes, coherentes y necesarias para reducir la exposición pasiva al humo, frenar el inicio del consumo en adolescentes y salvaguardar la salud de toda la población.
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