Una vez más, la ciudad de Alicante llega a las puertas de sus fiestas más emblemáticas, las Hogueras de San Juan, con soluciones provisionales y apresuradas frente al desbordamiento del centro. El próximo miércoles 18 de junio, coincidiendo con el arranque oficial de los días grandes de la celebración, abrirá sus puertas un nuevo aparcamiento público provisional junto a la estación de Renfe. La Generalitat, que se apresura a presentar esta apertura como un éxito de planificación, lo hace tras meses de obras y anuncios con promesas ajustadas al calendario festivo.
Este aparcamiento «temporal» contará con 204 plazas, de las cuales solo ocho están adaptadas, una cifra llamativamente baja considerando la afluencia y las necesidades de accesibilidad durante unos días en los que el tráfico es un caos y la movilidad, un auténtico desafío. Se suman a las 420 plazas actuales gestionadas por Adif, lo que da un total de 624, una cifra claramente insuficiente teniendo en cuenta la magnitud del evento y el colapso habitual del centro.
Carlos Mazón (para esto sí que viene), presidente de la Generalitat, visitó las obras para reiterar que “se avanza a buen ritmo”, insistiendo en que el plazo de ejecución de 52 meses para la futura estación central del TRAM se mantiene. Pero el contraste entre la magnitud de esa obra a largo plazo y la urgencia con la que se habilitan soluciones para evitar el colapso inmediato de estas Hogueras evidencia una vez más la falta de planificación estructural.
La inversión pública asciende a 102 millones de euros, destinados a una estación intermodal que algún día —esperan— conectará tren, tranvía, AVE y autobuses. Mientras tanto, se siguen improvisando vías de acceso, se reconfiguran pasos peatonales y se cortan calles como la avenida de Salamanca, donde las obras continuarán durante todo el año, alimentando aún más el caos circulatorio de una ciudad que, año tras año, se ve superada por sus propias fiestas.
Desde el Consell se promete que este verano estarán disponibles 500 plazas para atender a los turistas y visitantes que lleguen a la ciudad. Pero una vez pasadas las Hogueras, se perderán otras 100 plazas más por la continuación de las obras, y los accesos volverán a cambiar, esta vez trasladando la entrada al aparcamiento a la calle Médico Pedro Herrero. Una vez más, Alicante improvisa sobre la marcha, sin una estrategia real de movilidad que permita a vecinos y visitantes disfrutar de las fiestas sin caer en la frustración de un centro desbordado, mal organizado y rehén de una infraestructura siempre en obras.
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