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Voviendo al cole

8 de septiembre de 2025 por Jon López Dávila Deja un comentario

Como hace unas semanas nos pasó a los mayores, hoy son los niños y las niñas quienes bostezan con desgana, se quitan las legañas y, a contracorriente, retoman la rutina de madrugones, recreos y horarios milimetrados.

Muchos abuelos respiran aliviados porque su «jornada laboral» se reduce, mientras los padres aparcan las angustias estivales para cambiarlas por la carrera de extraescolares, el gasto en libros digitales (o plataformas que no funcionan bien), la eterna duda entre pública y concertada, la preocupación por los barracones que todavía siguen ahí, el aire acondicionado que no llega o la calefacción que nunca funciona. Y, claro, la incertidumbre de si los profesores tendrán estabilidad o estarán pendientes de listas interminables de interinos.

Ya sabéis, lo de todos los septiembres: los ratios imposibles en las aulas, la implantación desigual del valenciano y el inglés, las pancartas de los interinos, las AMPAS reclamando conciliación real, la falta de plazas en escuelas infantiles, la jornada continua contra partida, los exámenes estandarizados, la religión que sigue ahí, la desigualdad creciente, el debate de abrir los centros más tiempo… o lo más urgente: la conciliación, que todavía parece diseñada pensando en familias con cuatro abuelos disponibles, dos sueldos altos y una red infinita de tíos y tías entregados. Y no, la mayoría no vive así.

Por suerte, hay excepciones preciosas, casi siempre gracias a la implicación del profesorado de la pública. Si las decisiones políticas partieran de lo que pasa en las aulas, y no al revés, otro cantar sería. Pero, como en la sanidad o la cultura, la educación sigue marcada por la precariedad, la falta de recursos y la obsesión por protocolos que tratan de fabricar seres homogéneos, cuando lo que haría falta es justo lo contrario: espacio, tiempo y medios para acompañar procesos humanos.

Lo curioso es que, en esencia, sigue siendo lo mismo que yo vivía cada 10 de septiembre. Poco ha cambiado. Ahora no te meten hostias por equivocarte, vale, pero la solidaridad y las ganas de transformar el mundo parecen haber sido sustituidas por el bullying, Halloween, la ropa de marca, las pantallas y Disney+. Y aún así, en el fondo, la escuela sigue siendo ese lugar donde cada familia proyecta su realidad en miniatura.

Quizá habría que preguntarse para qué sirve realmente la escuela hoy, qué materias importan de verdad cuando San Google responde en segundos, si es más urgente dominar inglés que valenciano o si deberíamos centrarnos en que las nuevas generaciones aprendan a querer más lo que tienen cerca.

Yo, al final, aprendí a adaptarme. Pero también vi cómo la lectura pasó de placer a obligación, el deporte de juego a competición, y cómo me llenaban de fórmulas sin aplicación práctica mientras me convencían de que todo era un examen. Hasta que, claro, llegó la vida real, con fracasos, precariedad y problemas que no se resolvían con ecuaciones de segundo grado.

Así que la vuelta al cole sigue siendo el día de la marmota. Lo mismo de siempre: el sistema recompensando la adaptación, septiembre llenándose de debates repetidos y esa ilusión frustrada de que algo cambie. Y, al final, si lo pensáis bien, de todos esos años, apenas dos o tres profesores marcaron la diferencia. Y lo hicieron por algo más grande que un temario: empatía, conexión, humanidad.

Por eso la creatividad y la (auto)crítica siguen siendo tan necesarias. Ojalá lleguen algún día, más allá de los vídeos en inglés que compartimos para quitarnos complejos.

PD. Si preguntas a la gente sobre el estado de la educación, el CIS valora la educación como lo mejor que tenemos. Irónicamente, también respondemos a la encuesta diciendo que a la educación le falta inversión. Es una percepción de la gente que lleva a sus hijos al colegio todos los días.

El sistema, como el sanitario, está al límite. Pero funciona. Y lo haría mejor si los recursos invertidos fueran los que tienen que ser.

PD2. Los profesores están de acuerdo con ello.

Publicado en: diario de un soñador incomprendido, Educación, en titular, noticias breves, opinión, REVISTA, SOCIAL




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