Un nuevo mapa identifica los países con más y menos probabilidades de resistir al cambio climático

La capacidad de un país para afrontar el cambio climático no depende solo de su clima o de la intensidad de los fenómenos extremos que pueda sufrir. También influyen factores sociales, económicos y políticos. Así lo muestra la Iniciativa de Adaptación Global de la Universidad de Notre Dame (ND-GAIN), que ha desarrollado un índice capaz de medir qué naciones están mejor preparadas para adaptarse a un planeta cada vez más cálido.

Este índice sitúa a 182 países en una matriz visual que combina dos grandes dimensiones: su vulnerabilidad actual frente a los impactos climáticos y su nivel de preparación para recibir inversiones y convertirlas en acciones efectivas de adaptación. El resultado es un mapa global que revela quién está en mejor disposición de afrontar el futuro y quién enfrenta las mayores amenazas.

La herramienta divide el panorama mundial en cuatro cuadrantes elaborados a partir de las puntuaciones medias de vulnerabilidad y preparación:

Cuadrante verde (bien posicionados): países con baja vulnerabilidad y alta preparación. Aunque deben adaptarse, parten de una situación favorable y cuentan con recursos, estabilidad política y capacidad económica para hacerlo. Las naciones ricas aparecen mayoritariamente aquí.
Cuadrante rojo (mayor urgencia): reúne a los países con alta vulnerabilidad y baja preparación. Enfrentan riesgos climáticos intensos y escasos recursos para afrontarlos, lo que los sitúa en la posición más crítica.
Cuadrante verde claro: países muy expuestos a los impactos climáticos pero con una buena capacidad de respuesta gracias a instituciones relativamente fuertes o economías más dinámicas.
Cuadrante amarillo: países con baja vulnerabilidad pero poca preparación. Aunque el clima no los golpea tan duramente, su capacidad de adaptación es limitada.

Para ubicar a cada país en esta matriz, ND-GAIN analiza más de 40 indicadores agrupados en dos grandes ejes.

1. Vulnerabilidad: el grado de exposición al riesgo

La vulnerabilidad evalúa lo susceptible que es una sociedad a sufrir daños por eventos climáticos. Se mide a través de seis sectores clave:

Alimentos: rendimiento proyectado de cereales, crecimiento demográfico o desnutrición infantil.
Agua: fiabilidad del acceso al agua potable, capacidad de almacenamiento y cambios previstos en los recursos hídricos.
Salud: muertes proyectadas por enfermedades asociadas al clima, expansión de enfermedades transmitidas por vectores y disponibilidad de personal médico.
Servicios ecosistémicos: protección de biomas, biodiversidad y dependencia del capital natural.
Hábitat humano: riesgos de inundaciones, olas de calor e infraestructura crítica.
Infraestructura: dependencia energética, capacidad hidroeléctrica o exposición al aumento del nivel del mar.

Esta vulnerabilidad se descompone en tres dimensiones: exposición, sensibilidad y capacidad de adaptación.

2. Preparación: la capacidad de actuar

Tener pocos riesgos físicos no basta. Un país debe ser capaz de transformar recursos e inversiones en medidas efectivas. La preparación se mide en tres componentes:

Económica: facilidad para atraer inversiones y hacer negocios.
De gobernanza: estabilidad política, control de la corrupción, estado de derecho y calidad regulatoria.
Social: educación, innovación, igualdad social y acceso a tecnologías de la información.

Sin estos elementos, incluso países poco expuestos pueden verse desbordados por el cambio climático.

¿Qué países están mejor posicionados?

El mapa muestra que los países con mayores probabilidades de adaptarse con éxito combinan baja vulnerabilidad física, instituciones sólidas, economías abiertas y poblaciones formadas.

Los 10 países mejor preparados según ND-GAIN son:

Noruega (76.8)
Finlandia (74.8)
Suiza (72.9)
Dinamarca (72.7)
Suecia (71.1)
Singapur (70.8)
Nueva Zelanda (70.0)
Reino Unido (69.9)
Alemania (69.6)
Australia (69.2)

Los países con mayor riesgo

En el extremo opuesto se encuentran las naciones que combinan alta vulnerabilidad y baja capacidad de actuación. Encabezan la lista de mayor riesgo climático: