
El anuncio de una nueva línea circular del TRAM hacia el sur de Alicante por parte del alcalde, Luis Barcala, vuelve a evidenciar la improvisación con la que su equipo gestiona las infraestructuras estratégicas de la ciudad. Lejos de presentar un proyecto concreto, el Ayuntamiento se limita a lanzar ideas genéricas que, más allá de titulares y fotos, carecen de planificación real o de respaldo presupuestario. Hablan de una posible conexión con San Gabriel, pasando por Vía Parque, Babel o La Florida, pero sin comprometerse a plazos, financiación ni a una solución técnica clara.
Mientras tanto, la ampliación hacia el norte, que debería conectar con Mutxamel o Sant Joan, sigue en el limbo. Se anuncian estudios, se repiten los diagnósticos, pero no se toma ninguna decisión firme. El proyecto de Compromís, que ya preveía una expansión del TRAM conectando Elche, Mutxamel y los barrios periféricos de Alicante, queda completamente desdibujado. Era una propuesta con visión metropolitana, pensada para reducir desigualdades y fomentar una movilidad real y sostenible, no un ejercicio de improvisación.
Barcala y la Generalitat hablan de “decidir en función de los estudios técnicos”, pero lo cierto es que no hay ni calendario ni inversión asignada. Esta ambigüedad constante convierte en humo cualquier promesa. Y mientras tanto, los vecinos del sur siguen esperando una conexión digna, y los del norte, una definición clara.
La reunión entre Barcala y el conseller Vicente Martínez Mus ha resultado ser otro gesto vacío, sin compromisos tangibles. Ni la Vía Parque, ni el soterramiento del tráfico en Gibeller, ni el proyecto Vertido Cero avanzan con la celeridad que se requiere. El desbloqueo de una balsa de decantación no oculta que muchas de estas infraestructuras llevan años en punto muerto.
Resulta evidente que, más que una apuesta por transformar la movilidad de Alicante, lo que estamos viendo es una política de palos de ciego, más preocupada por la foto y la declaración grandilocuente que por ofrecer soluciones concretas a los problemas reales de la ciudad.
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