
El Castillo de Santa Bárbara, emblema indiscutible de Alicante y testigo de siglos de historia, se encuentra en un estado de preocupante deterioro. La falta de mantenimiento y protección de este Bien de Interés Cultural (BIC) ha llevado a una situación de riesgo tanto para el monumento como para los miles de ciudadanos y turistas que lo visitan cada año. Es urgente una intervención decidida y efectiva para garantizar su conservación.
Un deterioro evidente
Recientemente, la plataforma ciudadana UNIR Alacant ha denunciado la existencia de un gran agujero en un muro cercano a la Torre de Santa Catalina, en una zona de tránsito frecuente. Bloques de piedra han caído al foso, evidenciando el abandono y la falta de medidas de seguridad en este enclave histórico. La peligrosidad de la situación es evidente, tanto para la integridad del monumento como para los visitantes.
Esta denuncia se suma a una larga lista de advertencias sobre la falta de conservación del castillo. La ausencia de un plan director actualizado y la carencia de un plan de emergencias y evacuación son claros ejemplos de la dejadez institucional que afecta a uno de los principales atractivos culturales de la ciudad.
Responsabilidad institucional y falta de acción
Mientras asociaciones y ciudadanos reclaman soluciones inmediatas, las administraciones parecen sumidas en la inacción. Desde Compromís, su portavoz en el Ayuntamiento, Rafa Mas, ha criticado la falta de compromiso del gobierno municipal del PP en la conservación del castillo. A pesar de contar con un plan director que costó cerca de 170.000 euros en 2022, este sigue sin aplicarse y la situación del castillo continúa empeorando.
El Ayuntamiento, por su parte, asegura tener un proyecto de restauración en marcha, que incluye la intervención en el foso de l’Albacar d’Enmig, la Torre de Santa Catalina, la Torre de Coloma y el puente sobre el foso. Sin embargo, estas promesas han sido recibidas con escepticismo por quienes han presenciado la degradación constante del castillo en los últimos años.
Una asignatura pendiente: accesibilidad y respeto
Además del evidente abandono en su conservación, el Castillo de Santa Bárbara padece otro problema crucial: la falta de accesibilidad. La conexión con el centro de la ciudad sigue siendo deficiente, dificultando la llegada tanto de residentes como de turistas. Un monumento de esta relevancia merece mejores infraestructuras que faciliten el acceso y promuevan su visita.
Por otro lado, la falta de respeto por parte de algunos visitantes agrava la situación. El vandalismo y el uso inadecuado de espacios históricos demuestran la necesidad de una mayor concienciación ciudadana y de medidas que garanticen el respeto por este patrimonio. El castillo no es solo un atractivo turístico, es la casa de todos los alicantinos y como tal, debe ser protegido.
Una ocupación que sí debería preocupar
Resulta irónico que mientras el alcalde de Alicante, Luis Barcala, centra su discurso en la lucha contra la ocupación, el castillo, que representa la historia y la identidad de la ciudad, sufre una «ocupación indebida» de la dejadez y el abandono institucional. Este emblema alicantino necesita atención inmediata, no solo por su valor histórico y cultural, sino porque su deterioro pone en peligro la seguridad de quienes lo visitan cada día.
Es hora de que las administraciones dejen de pasarse la responsabilidad unas a otras y actúen con la urgencia que este monumento merece. La protección del Castillo de Santa Bárbara no es una opción, es una obligación.
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