
La artesanía alicantina necesita, más que nunca, un sello de identidad que reivindique con orgullo lo que aquí se hace bien. Desde el arroz a las hortalizas de la Vega Baja, desde el turrón de Xixona hasta el helado, todos forman parte de un legado que debemos cuidar, proteger y proyectar hacia el futuro. Ser chovinistas, sí, pero con argumentos: calidad, innovación, esfuerzo y una clara vocación de continuidad.
En este contexto, el helado artesano representa uno de los oficios con más arraigo en la provincia, y asegurar su continuidad pasa por formar a nuevas generaciones. La Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (ANHCEA) trabaja con ese objetivo y pone sus esperanzas en la creación del Centro de Investigación del Helado Artesano, un proyecto que sigue a la espera de avances. Aunque ya cuentan con una parcela cedida por el Ayuntamiento de Xixona en el parque empresarial El Espartal III, el proyecto necesita el impulso institucional definitivo para hacerse realidad.
La importancia de este centro va más allá de lo simbólico: supone una oportunidad para profesionalizar aún más el sector, investigar nuevos sabores, técnicas y mejorar la formación. En un oficio exigente, en el que trabajar hasta la madrugada en pleno julio es habitual, la clave está en garantizar su continuidad. Legar el conocimiento, igual que hicieron generaciones anteriores, es vital para que este saber hacer no se pierda.
Con una campaña de primavera positiva y una temporada alta que se alarga ya casi ocho meses al año, el helado artesano vive un buen momento. En 2024, se vendieron 140 millones de litros en España, y se espera un crecimiento cercano al 2%, a pesar del incremento en los costes de energía, personal y materias primas como los lácteos o el chocolate, cuyo precio se ha duplicado. Pese a todo, el sector resiste con creatividad y compromiso, sin trasladar toda la subida al cliente final.
Entre las iniciativas en marcha destaca la recuperación de la Muestra de Helado Artesano de Turrón de Jijona, cuya primera edición tuvo lugar en 2023, y la voluntad de consolidarla como escaparate de una de las variedades más apreciadas en la Comunitat Valenciana. También se trabaja para reforzar la presencia de los profesionales del sector en campeonatos nacionales e internacionales y dar forma a un futuro Museo del Helado en Xixona.
El helado español está ganando prestigio dentro y fuera de nuestras fronteras, pero no basta con aferrarse a la tradición: hay que reinventarla. Y la innovación no falta, como demuestra el éxito del nuevo sabor estrella de esta temporada, el chocolate Dubái, con pasta de pistacho y fideo crujiente, que está conquistando a los paladares más exigentes.
Con determinación, identidad y apoyo institucional, la provincia tiene en su helado artesano un embajador de lo mejor que sabemos hacer. Solo falta creerlo más.
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