
Una Semana Santa tardía ha generado en abril casi 11.000 nuevos empleos en la provincia de Alicante y ha reducido el paro en 2.085 personas. Sin embargo, estos datos, aunque positivos a simple vista, vuelven a evidenciar la fragilidad del mercado laboral alicantino, que depende en exceso del turismo y los servicios, sectores donde predominan los contratos temporales y los sueldos bajos.
Con 761.190 personas afiliadas a la Seguridad Social —la segunda cifra más alta de la historia en la provincia— se bate un récord, pero más de la mitad de las nuevas altas se concentran en la hostelería, reflejando un modelo basado en el empleo estacional y de escasa calidad.
Los servicios han sido el principal motor de la caída del paro, con 1.669 personas menos en las listas del desempleo. El resto de sectores apenas han notado variaciones. La contratación indefinida representa un 56% del total, aunque sindicatos advierten que muchas de estas relaciones laborales no garantizan condiciones dignas debido a su bajo salario y alta rotación.
Desde los sindicatos, aunque se reconoce la mejora de las cifras, se insiste en que la situación es insostenible a largo plazo. Yolanda Díaz, secretaria general de UGT en l’Alacantí i la Marina, alerta del retroceso en la industria manufacturera, mientras que José María Ruiz Olmos, de CCOO, afirma que estos datos «no son nuevos» y que Alicante sigue atrapada en un modelo que genera “pan para hoy y hambre para mañana”.
Ambos coinciden en la urgencia de diversificar la economía provincial, promover empleo estable y bien remunerado, y facilitar la incorporación de la mujer al mercado laboral. Mientras tanto, el turismo sigue tirando del empleo… pero a costa de perpetuar su precariedad.
Deja una respuesta