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Gernika recuerda para que no se repita. Alicante, en cambio, olvida.

26 de mayo de 2025 por Jon López Dávila Deja un comentario

Dicen que fue un cuadro de Picasso el que eternizó la tragedia de Gernika, pero la verdad es que no hay pincel más elocuente que la memoria colectiva. 88 años después, Gernika sigue recordando. Y no es solo un acto: es una voluntad institucional, un compromiso político y social, un grito coral que dice «esto no debe volver a pasar». El aniversario del bombardeo se transforma en una semana entera de eventos, homenajes, ofrendas, encuentros internacionales por la paz, unidad pedagógica y participación ciudadana. En Gernika no hay olvido, hay pedagogía de la memoria.

Y mientras tanto, en Alicante…

El 25 de mayo de 1938, la ciudad vivió uno de los bombardeos más crueles de la Guerra Civil: cerca de 300 personas murieron en el Mercado Central. Fue el ataque más sangriento contra población civil durante todo el conflicto. Sin embargo, 87 años después, el homenaje es tímido, fragmentado, casi silencioso. Apenas 50 personas, sin presencia de la oposición, sin campanas, sin declaraciones conjuntas, sin un mensaje claro ni un relato compartido. La memoria en Alicante parece ser solo un trámite, una cita en la agenda del Ayuntamiento para salir del paso.

No hay aquí un frente unido para recordar. No hay un compromiso firme de las instituciones ni una voluntad de convertir el dolor en conciencia cívica. No se dice quién bombardeó, ni por qué. Ni siquiera se aprovecha el impulso del Gobierno central para declarar el lugar como Espacio de Memoria Democrática. El alcalde, Luis Barcala, incluso utilizó su intervención para cargar contra quienes —según él— «capitalizan el dolor», en lugar de sumar a la memoria común.

En Gernika suenan sirenas, se guardan silencios, se encienden velas, se escucha a los supervivientes, se habla de paz y de futuro. En Alicante, se toca una pieza musical, se deja un ramo, se recita un poema y se guarda silencio… literal y políticamente.

  • Os dejamos el programa de recuerdo de Gernika AQUÍ para que veáis la diferencia….

Porque la diferencia no es solo de forma, sino de fondo. Alicante, hoy por hoy, no construye memoria: la sobrevuela sin aterrizar en la verdad, sin nombrar responsables, sin tejer futuro desde el pasado. Y eso, más allá de la estética del homenaje, es lo que realmente olvida.

Porque la memoria que no se sostiene con verdad y justicia es solo un gesto. Y los gestos, cuando son vacíos, no curan ni previenen. Solo repiten la historia, en silencio.

Publicado en: ALICANTE CIUDAD, Crítica Social, opinión, REVISTA Etiquetado como: Historia




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