El Consistorio activa una modificación de crédito mientras sigue sin un plan estructural de zonas verdes y acumula decisiones que han dejado a la ciudad con menos arbolado y más “parches” urbanos
La Comisión de Hacienda del Ayuntamiento de Alicante ha aprobado este jueves la quinta modificación de créditos de 2025, una operación valorada en cinco millones de euros que permitirá, entre otros proyectos, instalar toldos y estructuras de sombra en la avenida de la Constitución. La medida llega dos años y medio después de que el alcalde, Luis Barcala, asegurara que los árboles recién plantados tras la peatonalización generarían sombra “en unos meses”.
El expediente salió adelante con los votos de PP y Vox. Compromís se abstuvo, mientras que PSOE y EU–Podem votaron en contra al considerar que se trata de un movimiento presupuestario orientado a cumplir acuerdos políticos y no a resolver los problemas estructurales de la ciudad.
Una política verde cuestionada: tala masiva, sombras provisionales y una agenda climática detenida
La decisión de colocar sombrajes en la avenida de la Constitución se suma a otras actuaciones recientes que, según colectivos vecinales y entidades ambientales, evidencian la falta de una estrategia integral de zonas verdes, refugios climáticos y adaptación al calor extremo.
En los últimos años, el Ayuntamiento ha autorizado la tala de cientos de árboles en distintos barrios, generando polémica tanto por la pérdida de arbolado consolidado como por la ausencia de reposiciones equivalentes.
En Tabarca, por ejemplo, la eliminación de gran parte de la vegetación se ha traducido en medidas temporales y “parches” para mitigar el calor, sin que exista un plan de reforestación definido. A ello se suma el estancamiento de iniciativas vinculadas a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cuya aplicación municipal permanece prácticamente detenida.
El paquete aprobado incluye actuaciones pactadas entre el PP y Vox para asegurar el apoyo de este último a los presupuestos: sombrajes en varias calles, la sustitución del ascensor del Raval Roig, la compra de una embarcación para la Policía Local, mejoras en pistas deportivas de la Zona Norte y reurbanizaciones en la Florida y el Cabo de la Huerta.
Desde Compromís, su portavoz Rafa Mas explicó que la abstención se debe a que algunas de estas obras son necesarias, pero denunció la “política de abandono y arreglo” que, afirma, caracteriza la gestión municipal. PSOE y EU–Podem calificaron la maniobra como “trilerismo presupuestario”, al considerar que se detraen fondos de proyectos largamente demandados, como el pabellón de Tómbola, preadjudicado hace dos años y todavía paralizado.
















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