
La 55 edición de la Feria del Libro de Alicante, celebrada del 2 al 6 de abril en el Espacio Séneca, ha cerrado con un notable éxito de público: más de 15.000 personas asistieron a las diferentes actividades programadas. Un dato que confirma el crecimiento sostenido de un evento que empieza a consolidarse como una de las citas culturales destacadas de la ciudad, aunque todavía le queda camino para ser un reflejo más amplio y plural del ecosistema literario alicantino.
Instituciones como la Universidad de Alicante, la Concejalía de Cultura y el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert han asumido buena parte del peso organizativo de la feria, pero el reto ahora es abrir más el espacio a iniciativas menos institucionales, fomentar la participación activa de otros agentes culturales y generar espacios de reflexión más diversos. Ejemplo de ello fue el interesante debate que cerró la feria el domingo, con Alfredo Campello y José Ramón Navarro una línea que muchos consideran necesario potenciar en próximas ediciones.
El balance de actividades es significativo: entre 2.000 y 3.000 personas participaron en charlas, coloquios y firmas de libros organizadas oficialmente, sin contar con las actividades promovidas directamente por las librerías. Las propuestas infantiles también tuvieron una buena acogida, con 350 participantes en cuentacuentos y talleres, y 151 escolares en visitas organizadas.
La feria ha duplicado este año el número de autores participantes, llegando a los 230, con una equilibrada presencia entre escritores nacionales y locales. Se realizaron 22 presentaciones oficiales de libros y se complementó el programa con recitales poéticos, actuaciones musicales y una exposición dedicada a “Ahab y la ballena blanca”, del ilustrador Manuel Marsol.
Entre los autores invitados destacaron figuras de la narrativa actual como Pilar Adón, Corina Oproae, Rosa Montero o Inma Rubiales, junto a otros nombres destacados como Joaquim Bosch, Carmen Amoraga, Vicente Garrido o Susana Fortes, que contribuyeron a dar relevancia y diversidad a la programación.
La Feria del Libro de Alicante va dando pasos sólidos, pero aún tiene margen para mejorar convertirse en un verdadero foro literario en el que confluyan todas las voces y sensibilidades de la ciudad. La base está, ahora toca abrir el diálogo y no dejar para última hora las cosas.
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