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La Liada Gráfica: autoedición y resistencia en la periferia del arte

8 de junio de 2025 por Jon López Dávila Deja un comentario

Pasear por Las Cigarreras, en Alicante, no es solo recorrer un centro cultural: es ejercer una forma de relación activa —física y mental— con lo que el arte moderno de esta ciudad tiene para ofrecer. En sus naves no siempre hace falta una exposición para que algo ocurra. Y en semanas como esta, hay vida. Hay sinergias, hay propuestas que respiran desde los márgenes. Este fin de semana, más que nunca, ese latido alternativo toma forma en papel, tinta, camisetas, sonidos y sueños: ha regresado La Liada Gráfica, y lo ha hecho celebrando su quinta edición.

Organizado por el colectivo DaGuten y la Escuela Gráfica de Barrio, con el apoyo de Las Cigarreras y el patrocinio de Cervezas Alhambra, este “alegre festival de la autoedición” ha confirmado ya su condición de evento imprescindible para el ecosistema gráfico independiente. Durante dos jornadas —viernes 6 y sábado 7 de junio—, la Caja Blanca se ha convertido en un hervidero de creatividad autogestionada. Más de setenta feriantes han compartido espacio en un mercado de autoedición en el que caben el cómic, el fanzine, la risografía, la serigrafía, la edición artesanal, la ilustración, los collages y hasta el textil.

La autarquía gráfica

Caminar entre los stands ha sido un acto de comunión. La variedad formal y estética no es solo un síntoma de salud: es un modelo de resistencia. En los puestos se lee la identidad de cada artista y editorial, pero también una voluntad común de construir desde abajo, con voz propia. Participan proyectos como Realmente Bravo, DESFICI, Lobster Collage, L’Esclafit Records, m.bastard, Taller Doce Letterpres, Perklorico, Vabella2, Fanzine ETC, Don Rogelio J, Zulo Azul o POGO Creativo, por nombrar solo algunos.

No hay aquí una feria pensada para vender por vender. Hay una escena. Y ojalá esa autarquía gráfica, ese intento de autosuficiencia cultural, sea sostenible más allá del festival.

Más allá del papel

Aunque el foco esté puesto en lo editorial, La Liada Gráfica va mucho más allá. El programa ha incluido talleres, presentaciones y música en directo. Entre los momentos destacados, la presentación del Manual de Serigrafía en Lectura Fácil —un proyecto inclusivo con el MACA, APSA y la Conselleria— o el cómic Los últimos caballos, de Don Rogelio J y David Pascual.

Además, se ha celebrado una nueva edición del taller Nyas Cassetes #4, en el que Categoría Intl explora las fronteras entre el sonido y lo visual. Y como en todo ecosistema cultural vivo, hay espacio para la música: Fosco, Calatrava, Aniquiladora, Segundo Plato y Fonki Cheff DJ Set pusieron banda sonora a las tardes de feria.

El espíritu festivo ha continuado en el Jendrix Rock Bar, donde el colectivo Mistela Punx repartió bingo musical, premios imposibles y psychobilly de ultratumba. La DJ Marta Rufus, desde su tienda de discos Naranja y Negro, firmó una sesión para cerrar la jornada con baile y vinilos.

Quinta edición, primera línea

Cinco años después de su primera edición al aire libre en el casco antiguo, La Liada Gráfica demuestra que ha encontrado su sitio sin perder su esencia. Este no es solo un festival de fanzines. Es una comunidad, una forma de hacer, un punto de encuentro que deja claro que el arte gráfico no necesita de galerías blancas ni discursos grandilocuentes para ser significativo.

Aquí, entre la risografía y el punk, entre los talleres educativos y los bingos delirantes, se cocina algo más importante: un presente compartido, una forma alternativa de entender la creación.

Publicado en: ALICANTE CIUDAD, ARTE, crónicas, REVISTA




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