
La ciudad de Alicante ha sido reconocida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe “Ciudades para todas las edades” como una referencia en la mejora de la calidad de vida de las personas mayores. El informe advierte que las ciudades que no adapten sus entornos y políticas a las necesidades de una población envejecida afrontarán serios costes económicos y sociales.
Alicante aparece como modelo por su apuesta por soluciones innovadoras que favorecen la convivencia intergeneracional. Un caso destacado es el edificio municipal de viviendas en Plaza de América, donde conviven jóvenes y personas mayores en un entorno comunitario y con alquileres accesibles. Este tipo de iniciativas permiten que los mayores alicantinos que desean seguir viviendo en su ciudad lo hagan con dignidad y compañía, evitando el aislamiento y fortaleciendo el tejido vecinal.
El informe también subraya el valor de programas que conectan a mayores con espacio libre en sus viviendas con jóvenes que buscan un lugar para vivir, fomentando el apoyo mutuo y la interacción social. Experiencias como esta refuerzan la idea de que las ciudades deben poner en el centro a sus vecinos de toda la vida, no solo a quienes llegan para disfrutar de su jubilación.
Según los datos recogidos por la OCDE, en 2040 se prevé que casi el 28% de la población urbana en los países miembros tenga más de 65 años. Este cambio demográfico requiere una planificación urbana pensada para todas las generaciones, pero con especial atención a quienes han construido comunidad durante décadas.
El caso de Alicante demuestra que mirar al futuro también implica cuidar a quienes han formado parte del pasado de la ciudad. Los mayores alicantinos merecen una ciudad que piense en ellos, que les permita seguir siendo parte activa del entorno urbano y que no los relegue en favor de nuevos intereses.
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