-«Estoy jodidamente loco por tu amor»- suena contradictorio pero real como un jueves con batín de tigre en casa (Stereo) pensando si el puñetero veranito de San Miguel da por terminado el periodo estival, o nos queda todavía un tiempo más de manga corta, cerveza fría y jueves como si el viernes no hubiera que ir a currar.
En esta disyuntiva del puto cambio de armario, es curioso que el flamante nuevo disco de Los Bengala (peligro de extinción (Oso Polita)) empiece con «Ya sale el sol», (que también abrió el concierto, por cierto). Tras 7 años de parón de «rec»s, no hemos cometido el error de olvidarnos del Jim Carrey maño y del «Bunbury de Hacendado», pero el disfraz de tigre ha menguado en la lavadora del tiempo y ahora, al dúo más loco, lo podemos mandar, con cariño, a Tudela, porque han incorporado un tercero en discordia, con baquetas, que viene de esa tierra de espárragos, cogollos y pimientos asados.
Empieza a molar este rollo de desfogarse entre semana. Es difícil estar al nivel de los Stems, pero el olor a vinilo nuevo compensa odiosas comparaciones. Y el chaqué de Panthera tigris tigris con bermudas, aún con el polvo acumulado de la última vez, bien merece unos bailes con guiños a Los Saicos y a los tremedamente infravalorados Niño Gusano.
Así de frikis somos los que nos divertimos los jueves. ¿Qué pasa? Si queremos rugir, pues rugimos. Y si queremos montar un pogo, lo mismo. La vida es así, como un juego de títulos que van de «Salvaje» a «Sufrir», pasando por ardores que se alargan, y TDAs con maracas de Machín, y cantantes que se bajan a abrazar el público, mientras el «Road Manager» le da un toque alternativo a los acordes de la guitarra haciendo bueno el pelaje característico y la visión nocturna que dicen que hace tigre al Bengala.
Una fiesta es una fiesta. Y ya se sabe que a estos saraos de Santa Leonor hay que ir con ansia espídica. Los tiquismiquis dirán que los maños estos, no tenían que haber dejado pasar tanto tiempo entre discos, pero cada uno tiene su vida y alguien que se ha comido suficiente Netflix y Max, se puede permitir el lujo de afirmar que no hay nada ahí, comparable al maraqueo de hits, regado con alargue en Jendrix, la ciencia poco empírica de ver como pasamos al viernes sin ser conscientes de que pasa, el arte que algunas ocultan en la nocturnidad y la típica nostalgia de echar de menos a todas las que hacen honor a la letra de «si no estás aquí».
Y retomando el principio, sí, «estoy jodidamente loco por tu amor», aplicable al jueves, a Stereo, a Santa Leonor, a Los Bengala, a amigos de conciertos y a los que te hubiera gustado que hubieran venido.
Algún día moriremos y la vida, cuando se acabe la diversión (chaval), habrá merecido la pena por cosas como éstas.
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