
El pleno del Ayuntamiento de Alicante del mes de marzo estuvo marcado por una intensa confrontación entre los bomberos municipales y el equipo de gobierno. En una sesión que, además, aprobó una nueva ordenanza de limpieza, la tensión aumentó debido a las protestas de los bomberos por sus condiciones laborales, especialmente por el incumplimiento de promesas anteriores relacionadas con mejoras en su equipamiento y condiciones de trabajo.
Un grupo significativo de bomberos, que ha manifestado su frustración con la gestión municipal, intentó ingresar al salón de plenos para exigir respuestas directas del alcalde, lo que llevó a la intervención policial y el desalojo de los manifestantes. Esta situación evidenció una vez más la falta de cumplimiento de compromisos previos, como la actualización del material y la modernización de las instalaciones del parque de bomberos.
Por otro lado, la nueva ordenanza de limpieza fue aprobada sin mayores controversias, respaldada por el PP, Vox y PSOE, mientras que grupos como Compromís y EU-Podem se mostraron en contra, subrayando que la normativa necesita mejoras sustanciales para ser eficaz. Aunque la ordenanza pretende reforzar la gestión de residuos y la concienciación ciudadana, surgen dudas sobre la capacidad de implementación, dada la falta de recursos mencionada por algunos sectores.
Este pleno pone de manifiesto una vez más la desconexión entre las promesas hechas y las acciones concretas, así como la tensión persistente en cuestiones laborales dentro de los cuerpos de emergencia. Las promesas incumplidas por parte del gobierno local, junto con la falta de recursos en áreas clave como la seguridad, continúan siendo puntos críticos que siguen sin resolverse de forma efectiva.
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