La ciudad de València acogió este domingo la octava manifestación consecutiva para reclamar la dimisión del president de la Generalitat, Carlos Mazón, por su gestión durante la DANA del pasado 29 de octubre. Esta catástrofe dejó un saldo de 228 personas fallecidas en la provincia y miles de damnificados, además de daños materiales de gran magnitud. La protesta coincidió con el octavo mes desde la tragedia.
Unas 5.000 personas, según la Delegación del Gobierno, recorrieron el centro histórico de la ciudad desde la plaza del Ayuntamiento hasta la plaza de la Virgen, frente al Palau de la Generalitat. La marcha se celebró en horario más tardío que en ocasiones anteriores y en plena ola de calor. La manifestación fue convocada por más de 200 entidades sociales, asociaciones de víctimas y comités locales de reconstrucción.
Encabezando la protesta, familiares de las víctimas portaban una pancarta con una imagen invertida del president y lemas en contra de su continuidad en el cargo. A lo largo del recorrido, se repitieron consignas que exigían su dimisión y reclamaban justicia para las víctimas.
Las asociaciones organizadoras han denunciado que el proceso de reconstrucción iniciado por el Gobierno valenciano sigue presentando graves deficiencias. Señalan la falta de avances en infraestructuras básicas como ascensores en edificios afectados, la reconstrucción de escuelas o la habilitación de espacios educativos esenciales como laboratorios y gimnasios.
Desde las entidades de víctimas se ha insistido en que no se ha asumido ninguna responsabilidad política ni administrativa tras el desastre. También han anunciado próximas acciones, como una visita al valle del Ahr en Alemania para comparar modelos de reconstrucción. A pesar del descenso de asistencia esperado por coincidir con el inicio de las vacaciones y la ola de calor, los convocantes destacan que las familias afectadas siguen firmes en su demanda de justicia y de la renuncia del jefe del Consell.
El mensaje central de la protesta sigue siendo el mismo: exigir responsabilidades, garantizar una reconstrucción eficaz y priorizar la seguridad ante futuras emergencias. Para las víctimas, la falta de una respuesta adecuada antes, durante y después de la DANA continúa siendo motivo de indignación ciudadana.
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