
Nuevo episodio en el cada vez más cuestionado proceso de adjudicación del espacio Muelle 12 en el Puerto de Alicante. Las empresas alicantinas Producciones Baltimore, ESATUR y Puerta de Mar y Ocio han anunciado que podrían recurrir formalmente la concesión otorgada por la Autoridad Portuaria, tras no obtener respuesta a sus reiteradas solicitudes de información sobre el proyecto ganador. A día de hoy, sigue sin conocerse públicamente ni la programación de eventos ni los detalles de la propuesta presentada por la empresa adjudicataria. Un silencio que alimenta la desconfianza. Y más cuando en el pliego del concurso hay un apéndice concreto que permite a todos los participantes conocer lo que el proyecto ganador propone.
Pese a haber solicitado dicha documentación incluso antes de hacerse oficial la adjudicación, las tres empresas aseguran que nunca han recibido respuesta. Esta falta de transparencia —en un concurso público que afecta de forma directa a la vida cultural y turística de la ciudad— pone en entredicho la gestión del Puerto de Alicante, que no solo ha optado por el oscurantismo, sino que además retrasa de forma innecesaria la puesta en marcha del espacio.
“El conjunto de la sociedad alicantina debería poder conocer qué tipo de propuesta cultural y de ocio ha ganado este concurso. No entendemos por qué se oculta algo que, en teoría, debería estar avalado por un compromiso con la administración y con la ciudadanía”, denuncia Jose Manuel Piñero, CEO de Producciones Baltimore.
La adjudicación, que plantea cifras millonarias y compromisos de difícil cumplimiento, despierta además serias dudas sobre su viabilidad real. Según la escasa información filtrada, la empresa ganadora habría proyectado unos ingresos superiores a los 11 millones de euros en solo un año —a pesar de las restrictivas condiciones del pliego: cierre a las 00:30 h, concesión limitada a un año, e imposibilidad de operar sin eventos programados—, el pago de casi 800.000 euros en tasas y una inversión inicial superior a 1,5 millones en infraestructuras. Todo ello, sin detallar ni gastos generales ni cachés artísticos. ¿Cómo se sostiene semejante propuesta sin que la ciudadanía tenga acceso a los números?
Aunque pueda parecer una pataleta, el grupo empresarial alicantino insiste en que no se trata de un desacuerdo por no haber ganado el concurso, sino de una cuestión de responsabilidad pública. “Queremos que Muelle 12 se convierta en un espacio estratégico, no en otro ejemplo de gestión opaca y de oportunidades perdidas. La transparencia no es una opción, es una obligación”, apunta Jorge Rodríguez, de ESATUR.
Tanto Rodríguez como Piñero subrayan que el Muelle 12 no puede seguir siendo objeto de decisiones que se toman de espaldas a la ciudad. “El Puerto de Alicante no es una institución al margen del interés público. Lo mínimo que se puede exigir es que rinda cuentas y actúe con rigor, especialmente cuando se trata de adjudicar espacios con un valor estratégico para Alicante”, concluyen.
Por ahora, ni rastro del proyecto ganador. Mientras tanto, crece la sensación de que, una vez más, se está jugando con el patrimonio cultural y el futuro de la ciudad a puerta cerrada. Algo que ocurre habitualmente, en todos los procesos que dependen de la autoridad portuaria: desde el Palacio de Congresos, hasta las recientes viviendas proyectadas en la Almadraba, pasando por las actividades de ocio que tienen lugar allí.
Seguiremos informando.
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