
Este viernes, las playas del sureste peninsular amanecieron teñidas de azul. Una extensa marea de organismos marinos cubría buena parte de la arena en enclaves como la playa del Cura en Torrevieja, Cala Bosque en Orihuela Costa o Guardamar del Segura. El fenómeno, aunque sorprendente para turistas y residentes, no es nuevo. Lo preocupante es que su frecuencia y alcance están aumentando… y aún hay quienes siguen negando la evidencia del cambio climático.
Los organismos avistados son Velella velella, también conocidas como barquitas de San Pedro o velas púrpuras. Aunque se las suele confundir con medusas, son en realidad colonias de hidrozoos flotantes. Inofensivas para los humanos (aunque se recomienda no tocarlas, especialmente en ojos y boca), su aparición masiva está directamente relacionada con las condiciones oceánicas y atmosféricas alteradas. En concreto, su proliferación se ve favorecida por los temporales marinos, más frecuentes e intensos en los últimos años debido al calentamiento global.
Pero mientras la ciencia levanta la voz, el negacionismo climático sigue instalado en muchos discursos públicos y privados. Algunos lo tachan de exageración, otros de conspiración. Sin embargo, la realidad se impone con manchas azuladas en la orilla, con temperaturas anómalas, incendios forestales fuera de temporada y sequías que ya no entienden de estaciones.
El alcalde de Guardamar del Segura, José Luis Sáez, ha hecho un llamamiento a la precaución en redes sociales, advirtiendo de posibles irritaciones por contacto con estos organismos. Las Velella no solo han llegado al litoral alicantino: se han reportado apariciones desde la Costa Brava hasta probablemente Cabo de Palos, en la Región de Murcia. Una muestra más de que los océanos están cambiando, y con ellos, todo lo que creíamos “normal”.
El CSIC y el Institut de Ciències del Mar ya lo advierten en su Guía de Identificación de Medusas: estas especies son frecuentes en el Mediterráneo, sí, pero su comportamiento está variando. ¿Hasta cuándo miraremos para otro lado?
La emergencia climática no es una predicción: es una realidad que ya reposa sobre nuestras playas. Y mientras algunos aún se preguntan qué es esa mancha azul… el planeta nos grita que despertemos.
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